DANIEL BOSQUE
Sin dudas, la previa a las ferias de San Juan que abren este miércoles, la tiñó de otro color Barrick Gold el viernes pasado. Con su catarsis de que hace falta otro marco para la inversión minera en la Argentina, si es posible más temprano que tarde.
Lo hizo su CEO Mark Bristow en la provincia cuyana, un territorio que no tiene litio pero sí una docena de proyectos multimetálicos y dos minas en declinación, cada una con sus ecuaciones: Gualcamayo, que acaba de reducir personal por el agotamiento de sus recursos y Veladero cuya vida útil se reducirá drásticamente si no hay cambios que ameriten inversiones.
A estas faenas y a otras, lo mismo que a la exploración que tuvo una temporada récord este verano en varias provincias, no las une el amor sino el espanto a la brecha cambiaria y a los cepos varios. Por eso, y por otras cosas, la atención estará puesta mañana en el panel de “San Juan - Tierra Minera: Negocios Reales”, el foro al que convocó el Ministerio de Minería provincial que conduce Carlos Astudillo, para acompañar la expo de Panorama Minero.
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"Cobre vs. litio". Así podría resumirse a minerías de dos velocidades en la Argentina de hoy. En el NOA cunden los traspasos de activos, abundan los contratos de obras y suministros y nadie parece fijarse en costos porque el precio spot increíble del mineral todo lo paga. Pero en cambio en esta primavera todavía fresca de San Juan, las dos minas mencionadas y la “Ruta del Cobre” en la que hace punta la ¿inminente? construcción de Josemaría están demandando definiciones a la política y al Estado.
Sin eufemismos: las mineras están compactando cada vez más un discurso común que contrasta la liturgia nacional de "industria estratégica" con la letra chica de la realidad. Lo peor, como en el fútbol, es amagar y no definir. Con la llegada de Massa hubo mucho run run de un “dólar minero” pero la idea capotó en vísperas de la gira a USA, por detalles que soliviantaron a las provincias. Y no se habló más del tema en la piqueteada Buenos Aires.
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Pero pasan más cosas. Por ejemplo, que la tonelada de cianuro, insumo clave para la lixiviación en las faenas auríferas, no solo pasó de costar (puesta en la Argentina) US$ 2.500/ton a US$ 3.500/ton en un año, sino que también desde hace unas semanas cambió en el nomenclador de importaciones a SIMI B (sistema que morirá el lunes, ver LEA TAMBIÉN), lo que implica que las divisas son liberadas por el Banco Central en 180 días. Una mora que el proveedor traslada a precios.
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El inefable Mark Bristow, cuya fama de cazador de bestias big five del África trascendió fronteras, ha dado un certero disparo de carabina al relato de una minería estratégica y ha quitado la sordina a cuestiones que conspiran contra la competitividad del país.
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“¿Entonces estamos en el peor de los mundos?”, preguntó CLUBminero a un referente de la minería sanjuanina. “Nada que ver”, fue la respuesta. Pero en los eventos de esta semana el reclamo se hará escuchar. Por estas horas, según las empresas, las autoridades mineras provinciales y nacionales solo ofician como ventanillas receptoras de peticiones. Y avisan a los peticionantes que poco pueden hacer frente al arbitrio de las más altas esferas del país.
En tiempos de dificultades para la tracción de fondos externos, exploradores y productores procuran no contar penurias, pero el límite es cuando no pueden convencer a sus casas matrices y al mundo financiero de que los dólares traídos a la Argentina rinden frutos.
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Mientras tanto, en la víspera de las ferias, el diario local Diario Huarpe presentó un interesante informe multimedia “Agua y Sequía”, duro brief de la crisis hídrica.
Finanzas y medio ambiente, dos asechanzas, o lo que hacen la naturaleza y los hombres y deriva en horas de coloquios y promesas difíciles de cumplir. Frente a la plaza principal de San Juan una calle separa la Catedral de la AFIP. El ingenio popular bautizó a esa esquina como "a Dios rogando y con el mazo dando". Parece más fácil que nieve y llueva a que bajen los impuestos y se vayan los cepos.
Continuará…
