DANIEL BOSQUE
"Cuando considero todo lo que crece, se mantiene en perfección pero por un momento", William Shakespeare (que hoy hubiera cumplido 460 años), Soneto 16.
Impericia o desprolijidad, son dos adjetivos que suelen tildar a este gobierno. Definición que le regalan incluso quienes rezan para que le vaya bien. La trasluz periodística en La Política Online de que Barrick Gold no está pagando retenciones (derechos aduaneros de exportación) desde el 1º de enero, sirvió para avivar preguntas y respuestas al interior del complejo oro-plata de la Argentina.
Las primeras y no últimas impresiones son coincidentes, con sus matices.
La administración de Javier Milei, quien en su cadena nacional de este lunes puso a la minería a la cabeza de los sectores que harán repuntar a la Argentina en crisis, está ante un hueco llamativo: no pudo prorrogar la vigencia de las retenciones al lingote o barra doré (aleación con plata y otros metales de un 2% o más de oro) y que venía pagando, por la ley ad hoc de Alberto Fernández, un 8% de gravamen.
Esta defección le habría costado al fisco dejar de ingresar unos US$ 25 millones aproximadamente en el trimestre. ¿Quién debió haber prorrogado la vigencia de las retenciones? ¿El equipo bisoño de LLA o el saliente de Fernández- Massa en retirada?
La pesquisa sobre qué pasó no lleva a ninguna parte seria. Las mineras niegan parentesco o lobby y temen más por los ramalazos políticos o de imagen. En el Ministerio de Economía lamentan, hasta hoy, del lapsus tributario y culpan a la oposición por no haber apoyado la Ley Omnibus. En todo caso, las empresas dicen que es una buena ocasión para volver a debatir qué le da y qué le quita el derecho de exportación a una actividad naturalmente de lenta maduración. En la norma Bases también espera el sector que alumbre el Régimen de Incentivos a Grandes Inversiones (RIGI).
La historia de las retenciones, que habían sido piedra de escándalo el pasado 20 de diciembre cuando Luis Caputo hizo su presentación como ministro y anunció un aumento de las retenciones a varios sectores de la economía, entre ellos la minería, que pasaría a tributar de 4,5% y 8% (dependiendo el tipo de producto) al 15%.
En los días posteriores del #Caputazo, se conoció el proyecto de la Ley Bases... o Ley Ómnibus, que calmó las aguas mineras con su artículo artículo 204: “Manténgase la vigencia de los derechos de exportación actualmente vigentes, para los hidrocarburos y la minería".
Desde su invención por el duo Moreno-Mayoral, en 2007, siguiendo la moda global de gravar "ganancias sorpresivas extraordinarias, con derechos de exportación del 5 al 10% según la mayor o menor refinación de los metales, su eliminación ha sido consigna permanente de las mineras. Unas cuantas litigaron en la Justicia Federal amparándose en la estabilidad fiscal de la Ley de Inversiones Mineras.
Los gravámenes, que se extendieron a la industria minera, llegaron hasta que en marzo 2016 Mauricio Macri las quitó como había hecho con otras commodities (la soja continuó morigerada). Críticos dijeron que el fisco perdería US$ 200 M pero el sector minero expuso que el estirón de balances serviría para alargar la vida de los yacimientos con exploración brownfield (las realizadas en depósitos vecinos).
Mauricio y gobernadores en Calingasta, cuando el dólar valía 16,08 pesos.
Pero en septiembre 2018 Macri, urgido por el agujero fiscal, resucitó el menú de retenciones llevando al 12% a las mineras.
Alberto Fernández los redujo al 8% y en medio de la discusión adentro y afuera del Parlamento sobre su suerte futura, ahora se supo que habían dejado de existir por no haber sido prorrogados. Un tema que acercará micrófonos y mensajitos al flamante secretario de Minería, Luis Lucero y equipo.
Siempre las retenciones mineras, no sólo de oro y plata, han sido piedra de escándalo, en Tribunales y en el Congreso, como cuando durante el macrismo un guiño Máximo Kirchner-José Luis Gioja pretendió reinstaurarlas sin éxito, bastante antes de que lo hiciera el gobieno en declive.
Como decíamos, saltó el tema por LPO en una crónica con la que las mineras metalíferas no comulgan del todo. Es cierto que desapareció el marco tributario para exigir a las compañías abonar por cada embarque el Exterior, pero las empresas niegan que su comercio exterior siga prácticas de malversaciones y subdeclaraciones de ventas. Para ello, explican el circuito veedor de los lingotes que viajan hacia los mercados compradores.
La lectura de los balances y los mensajes a los mercados de por parte de las dueñas de Veladero, Cerro Vanguardia, Cerro Negro, Cerro Moro, Don Nicolás, San José o Lindero dan cuenta de un fenómeno parecido: las explotaciones mineras en San Juan, Santa Cruz y Salta en promedio produjeron menos que en 1T 2024 pero el escalón de precios oro-plata ha compensado el bajón. Los tres trimestres que quedan deberían ser mejores, sobre todo por el escalón.
No todas las minas de oro, plata, algunas con algún otro mineral exportan mayoritariamente el doré que pagaba 8% e irremediablemente porque el cobro de un gravamen no puede ser retroactivo. Alguna paga el 4,5% por exportar lingotes más pobres en oro, conocidos como plata dura, y los concentrados de plata. Que se rigen por otra disposición, que no sufrió la omisión burocrática.
En el medio, a propósito de Barrick, que justo venía de anunciar fuerte inversión y un alargue mínimamente hasta 2031, han surgido voces de la oposición política en San Juan, como la de Walberto Allende, presidente de la Comisión de Minería de Diputados de la Nación, quien llamativamente ha confundido a las retenciones con un impuesto coparticipable (traducir a amigos extranjeros).
Este nuevo affaire, se conoce tras un cálido verano en el que Flavia Royón tardó un mes en llegar, estuvo un mes y medio, y después hubo un sillón vació en la Secretaría de Minería. Allí dicen que el secretario Lucero quiere apurar la promoció del sector oro-plata porque al cabo de este gobierno el país se podría quedar con menos de la mitad de la producción del segmento.
Las retenciones, se quejan, siempre fueron un menoscabo a la competitividad, lo mismo que el cepo de divisas, las importaciones trabadas de insumos. Pero es raro este apagón tributario. Urge levantar la puntería.
Continuará.