Hidrógeno GH2 Pampas no va más: Por qué el frenazo de Fortescue

DANIEL BOSQUE

Crónica de una decepción anunciada. Lo puso en el top de las portadas Silvia Naishtat en Clarín en las últimas horas de este lunes. La australiana Fortescue, mejor dicho su unidad de negocios Fortescue Future Indistries (FFI) no insistirá con su proyecto Pampas, que en su momento conmovió al mundo de las renovables.

Pasó un largo año y medio desde aquella foto famosa en la cumbre climática de Glasgow, en la que el magnate Andy Forrest y su virrey en Argentina, el ex rugbier puma Agustín Pichot, dijeron que invertirían en hidrógeno verde (GH2). 

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La Argentina, nacional y provincial, subieron inmediatamente la super cifra prometida a la cartelera de anuncios.

Pero algo había cautela desde el vamos, tal como escribió este cronista en su momento: el proyecto, en aquel momento tentativamente denominado Patagonia, no figuraba en sus plataformas digitales. 

Argentina tiene dos grandes virtudes: sus activos pueden estar baratos (y la región patagónica, especialmente, versus otras comarcas de América Latina) y el viento y el sol abundan para desarrollos ERNC. 

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Después, abundan las desventajas: política monetaria y cambiaria, legislaciones, jurisdicciones de Nación y provincias, mapuches. Y distancia a los centros de consumo del GH2, combustible post fósil que viajará en buques como amoníaco verde. 

CLUBminero escribió y advertiò bastante sobre el tema (en los VEA TAMBIÉN que acompañan a esta nota):  Argentina no ha podido progresar porque nunca salió una ley marco, una nueva Ley de Hidrógeno, a pesar las continuas promesas oficiales y del lobby de H2ar, un consorcio de 50 empresas liderado por Y-Tec, la tecnológica de YPF. Hay intereses contrapuestos que dificultan cosas, evidentemente.

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También no pudo porque hoy la Inversión Extranjera Directa (IED) en un país sudamericano devaluado, desfinanciado e hiperregulado, no es fácil de deglutir por los holdings que cotizan bolsas y se fondean en los mercados.

En paralelo,mientras Río Negro y la Nación avanzaban con pasitos de geisha, Brasil y Chile adoptaron políticas para el hidrógeno. Y FFI tomó posiciones con velocidad en el Nordeste brasilero, como se venía advirtiendo.

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El holding minero de Forrest, con corazón duro en sus poderosas minas de hierro - cuyo horizonte mira hacia la declinación - se ha reconvertido en un nuevo escenario que cobró más bríos con la crisis del gas ruso.

El mes pasado, su país de origen, Australia, validaba la estrategia de ir con todo hacia la ecuación energética con renovables. Lo cual significará mayores inversiones domésticas.

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Muy lejos de un país problemático que no ha podido encarrrilar hasta hoy como le demandaban los inversores, las condiciones para el combustible del futuro.

En la prosperidad o frustración de este proyecto hay algo que escapa a la dinámica argentina y es la velocidad con que evolucionó este nuevo negocio Net Zero, que llevó al movedizo Forrest a intentar acuerdos de generación y de compra de GH2 y otras renovables por todo el planeta. Donde se avanza más rápido, hacia allí va la inversión.

Otra mega inversión que queda en postulados y fotos, por el momento al menos. Ya se verá. 

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Archivo oficial: Aquel anuncio espectacular en Glasgow

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LA NOTICIA DE IMPACTO

Frenan la multimillonaria inversión australiana en Hidrógeno verde

Es por US$ 8.400 millones para una planta en Río Negro. La falta de una ley y acceso a dólares, la trabaron.
 Agustín Pichot y Andrew Forrest anuncian a Alberto Fernández y Santiago Cafiero la inversión para la planta de hidrógeno verde en Río Negro.
 
Silvia Naishtat

Lo que parecía la inversión del siglo, la planta de hidrógeno verde en Río Negro, acaba de frenar su marcha. El proyecto que involucra US$ 8.400 millones disminuyó su velocidad porque no se aprobó la ley para enmarcar la actividad, “además de las promesas incumplidas del Presidente”, señalaron fuentes cercanas al coloso australiano Fortescue que ahora puso la mira y todo su empeño en un proyecto en Brasil.

Sur natural. Esta es la imagen del Proyecto Pampas en la página de FFI

Allá, a la velocidad de la luz, les aprobaron el marco regulatorio, les facilitaron el puerto y la infraestructura y están desembolsando US$ 3.600 millones.

El lugar elegido por Fortescue para anunciar que iba a levantar su planta en Argentina fue la cumbre climática COP26, que se realizaba en Glasgow, Escocia en 2021.

La decisión de instalarse en el país se tomó luego de que el presidente de Fortescue, Andrew Forrest, y su representante en la región el ex rugbier Agustín Pichot, recorrieran 12 países en 3 meses. Luego llegó la etapa de convencer a los bancos y hubo tratativas con el JP Morgan, el Santander, el BID y la CAF como organismos crediticios internacionales.

Les preguntaban por qué Argentina. Y Fortescue los convenció, según trascendió.

Claro que fueron con una serie de requisitos ante el presidente Alberto Fernández. Así reclamaron el acceso a un dólar competitivo, la eximición de impuestos para el desarrollo del parque eólico, estabilidad fiscal por 30 años. “El Presidente les dijo a todo que sí, pero no hubo después ninguna definición”, soltaron.

En la compañía distinguen el esfuerzo de la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras y de su sucesor Alberto Weretilneck. A tal punto, que la compañía inició el estudio ambiental que se extiende por una año, abrió oficinas en Viedma y en Buenos Aires donde atiende a la región y contrató a 180 personas. Lleva invertidos US$ 150 millones y emprendió un proyecto de minería de cobre en San Juan.

Pero si hasta ahora Argentina era su principal proyecto a nivel mundial, cayó al puesto 20 y pusieron manos a la obra al de Ceará en el noreste brasileño.

Ya tienen listo el puerto de Fortaleza, clave parala exportación, que es una sociedad entre el puerto holandés de Rotterdam (30%) y el estado de Ceará (70%). Acceden a la energía eólica a un precio diferencial y al extenso terreno que requieren.

El hidrógeno verde se obtiene en plantas que mediante energías renovables y el uso de agua dulce limpia separan el hidrógeno del oxígeno con un método llamado electrólisis.

Las moléculas de hidrógeno se almacenan y luego se usan como combustible.

El hidrógeno verde es considerado el combustible del futuro y su producción crece en un planeta castigado por el cambio climático y la necesidad de descarbonizar.

En Estados Unidos, el presidente Joe Biden decidió subsidiar con US$ 3 cada kilo de hidrógeno verde. En el mismo camino están los europeos, australianos y japoneses. En Argentina se mira para otro lado.