

Sergio Candelo (Snoop) : ¿Argentina sin redes? Y software sin cepo
VOCES23/04/2025 SNOOP / CLUBminero






SERGIO CANDELO*
¿Existe la suerte? Cuando Argentina
juega al límite y gana
En el apasionante partido de la economía argentina, la pregunta que resuena es si las “jugadas maestras” del gobierno son fruto de una planificación detallada o si hay una cuota importante de esa misteriosa fuerza llamada suerte. En este contexto, hubo dos momentos recientes que nos dejaron pensando: el blanqueo de capitales de agosto de 2024 y la sorpresiva salida del cepo en abril de 2025, en simultáneo con el anuncio del acuerdo con el FMI. ¿Estamos ante un equipo con una estrategia clara o simplemente están embocando todos los tiros al arco?
Empecemos por agosto de 2024. El gobierno lanzó un blanqueo de capitales en un momento crítico para la economía nacional. La respuesta superó todas las expectativas: los argentinos depositaron más de U$S20.000 millones en efectivo en los bancos, un resultado que pocos analistas habían anticipado. Como ese gol inesperado que cambia el rumbo de un partido, este ingreso masivo de divisas fortaleció la posición financiera del país en un momento crucial. ¿Fue una estrategia brillante para captar esos dólares guardados“ bajo el colchón”? ¿O simplemente coincidió con un momento en que los argentinos, cansados de la incertidumbre, decidieron sincerar sus ahorros?
Luego llegamos a abril de 2025. El panorama económico presentaba señales contradictorias. La inflación de marzo había repuntado al 3,7%, un incremento preocupante desde el 2,4% anterior, quebrando la tendencia descendente que venía registrándose. Simultáneamente, las reservas del Banco Central se habían reducido en casi U$S3.000 millones en el último mes, generando temores sobre una inminente devaluación. Precisamente en este complejo escenario, el 11 de abril de 2025, el gobierno tomó dos decisiones que sacudieron los mercados: levantar el cepo cambiario y anunciar un ambicioso acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
El nuevo acuerdo con el FMI representó una bocanada de oxígeno: U$S20.000 millones, con una disponibilidad inmediata de 18.000 millones para este año. Una cifra que incluso los analistas más optimistas no habían contemplado. Esta combinación de medidas, tomadas en un momento de aparente vulnerabilidad económica, plantea interrogantes sobre la estrategia gubernamental. ¿Fue una jugada calculada minuciosamente, producto de negociaciones silenciosas y preparación meticulosa? ¿O fue una apuesta audaz, aprovechando una ventana de oportunidad que podría haberse cerrado rápidamente?
La pregunta central que sigue sin respuesta clara es si este gobierno está ejecutando un plan económico estructurado con visión de largo plazo, donde cada movimiento responde a un diseño global, o si está demostrando una extraordinaria capacidad para improvisar y capitalizar oportunidades inesperadas. Quizás la realidad combine ambos elementos: una dirección estratégica general que se ajusta ágilmente a las circunstancias cambiantes, con esa dosis de intuición que distingue a los grandes estrategas.
En el terreno siempre incierto de la economía argentina, donde las crisis parecen acechar constantemente, determinar cuánto hay de estrategia y cuánto de fortuna en los recientes éxitos gubernamentales es un ejercicio fascinante. Por ahora, el equipo económico parece estar ganando partidos importantes, pero como bien saben los argentinos, en economía, al igual que en el fútbol, los resultados pueden cambiar rápidamente y la verdadera prueba está en mantener el rendimiento a lo largo del tiempo. El debate sobre si estamos presenciando una brillante estrategia económica o una racha afortunada continuará animando las conversaciones en cada rincón del país.
SIN CEPO, UN PUNTO DE INFLEXIÓN PARA EL SOFTWARE
Durante años, las restricciones distorsionaron la competitividad de un sector que, por naturaleza, opera en un entorno virtual donde las fronteras físicas y los impuestos territoriales pierden relevancia. El avance hacia un tipo de cambio unificado y transparente no solo restaura la normalidad necesaria para exportar servicios eficientemente, sino que también abre la puerta para recuperar el talento que emigró ante las limitaciones del sistema anterior.
La economía del conocimiento ha demostrado su potencial con creces, generando más de 9 mil millones de dólares en exportaciones anuales, con cientos de empresas nacionales compitiendo globalmente. Sin embargo, la brecha entre el dólar oficial y el paralelo obligó a muchas compañías a establecer filiales en el exterior simplemente para sobrevivir, provocando una innecesaria fuga de divisas y valor agregado.
Esta normalización representa una oportunidad para diseñar una estrategia integral que incentive a las empresas a operar desde Argentina bajo condiciones claras, previsibles y competitivas.
Para consolidar este cambio, resulta imperativo abordar la problemática de los impuestos distorsivos que afectan al sector. Cargas como el Impuesto al Cheque a nivel nacional y los Ingresos Brutos provinciales erosionan la competitividad internacional de nuestras empresas. Su eliminación o reducción permitiría operar con mayor eficiencia, invertir en innovación y talento, y competir en igualdad de condiciones con empresas de otros países.
La reactivación exportadora impactará directamente en el ingreso de divisas y en la generación de empleo de calidad. El sector tecnológico ofrece salarios superiores a la media nacional, incluso para perfiles junior que superan ampliamente el umbral de pobreza, mientras que un desarrollador experimentado puede alcanzar ingresos equivalentes a múltiples canastas básicas. Esto convierte al software en un verdadero motor de movilidad social ascendente. Adicionalmente, la naturaleza remota del trabajo permite que el talento permanezca en su lugar de origen, fortaleciendo las economías regionales.
En 2024, los salarios en dólares comenzaron a alinearse con los valores internacionales, planteando un nuevo desafío: ya no basta competir por precio, sino por calidad, especialización y capacidad innovadora. Las empresas deberán destacarse por el valor agregado de sus productos y servicios, lo que exige formar talento con mayor profundidad y compromiso. Debemos desalentar discursos simplistas que prometen grandes remuneraciones tras cursos breves, cuando el mercado demanda una preparación seria y sostenida.
Este es el momento ideal para federalizar el talento argentino. Contamos con una robusta red de universidades, clústeres y polos tecnológicos distribuidos estratégicamente por todo el territorio nacional. Ciudades como Mar del Plata, Tandil, Córdoba, Tucumán y Mendoza ya albergan importantes concentraciones de empresas tecnológicas, a las que se suman más de 40 polos emergentes en diversas localidades del interior. La industria del software no requiere grandes urbes para prosperar: puede desarrollarse desde cualquier punto del país con conectividad adecuada. Aprovechemos esta capilaridad territorial para reducir asimetrías regionales y construir una Argentina más equitativa, donde el acceso al conocimiento se traduzca en oportunidades concretas para todos.
Argentina tiene hoy la oportunidad de consolidarse como un hub regional de tecnología y servicios digitales. Poseemos talento, creatividad, experiencia y un ecosistema emprendedor que ha demostrado ser resiliente y competitivo. Lo que necesitamos es un entorno económico estable que no castigue el esfuerzo productivo ni incentive la emigración de empresas y profesionales. La industria del software puede constituir un pilar fundamental en la reconstrucción económica del país, siempre que se le proporcionen las herramientas adecuadas para desplegar todo su potencial.
En definitiva, la salida del cepo trasciende lo meramente económico: representa una señal política que puede marcar un antes y un después. Si se complementa con una agenda que promueva la formación de talento, la inversión en innovación y la simplificación regulatoria, podremos transformar esta coyuntura en un verdadero salto estructural. La industria del software ya ha demostrado su capacidad; ahora es momento de apostar decididamente por ella, no solo para generar divisas, sino para construir futuro.
* Co-Founder & COO #SnoopConsulting | Master en Economía









