Pinto Perry: "El error estratégico del royalty minero"

GERMÁN PINTO PERRY

El sector minero chileno está viviendo un momento estratégico muy importante, dado el avance de los vehículos eléctricos que, bien podemos colegir, son una solución a los problemas de contaminación de las cuidades densamente pobladas.

En efecto, la planificación estratégica es una técnica de la administración de empresas que obliga a las entidades a definir su potencial actual y proyectar el futuro deseado en un lapso determinado. Para ello, es imperioso ponderar las futuras demandas y negocios que pueden enfrentar.

Los vehículos eléctricos representan un nuevo mercado para el cobre, pues un automóvil hibrido (con motor a combustión y eléctrico) demanda el doble del cobre que ocupa un automóvil convencional, y un vehículo totalmente eléctrico necesita hasta un 160% más del metal rojo para su fabricación. Esos cálculos unitarios permiten entender que, para responder a esa potencial demanda, las actuales empresas mineras chilenas tendrán que duplicar y hasta triplicar su actual producción, lo que redunda en el hecho de enfrentar el imperativo de mejorar sus sistemas productivos y realizar mayores inversiones (tanto para la actual infraestructura como para realizar nuevos proyectos mineros).

En otras palabras, es imperioso contar con más y nueva inversión minera, la cual solo es posible realizar cuando hay expectativas claras, confianza en el riesgo país y hay una rentabilidad que garantice la mayor inversión.

La ponderación de mayor demanda y necesidad de mayor inversión obliga a la autoridad económica a generar condiciones óptimas para estimular ese sector. ¿Qué se está haciendo ahora? Se está aumentando la carga tributaria de las empresas mineras.

El afirmar que los impuestos son una rémora para la inversión, no es una falacia doctrinaria, pues es un hecho evidente que aumentar la tributación genera una disminución de la utilidad susceptible de distribuir a los dueños de las empresas mineras, lo que deriva en una menor rentabilidad. La rentabilidad, es lo que buscan los inversionistas.

Obviamente, la autoridad económica no está empecinada en destruir el sector minero, sino que está desesperada por aumentar los ingresos fiscales para solucionar las demandas sociales y ayudar a los sectores a quienes se les ha indicado que los problemas se solucionan con mayor recaudación tributaria.

Podríamos discutir si el pagar impuestos genera una “rentabilidad social”, siempre y cuando el Estado fuera eficiente en la administración de los recursos públicos y eficaz en la solución de los problemas. Esto podemos discutirlo en otro momento.

Lo que sí es pertinente de comentar, es que el proyecto de royalty minero que está en discusión en el Congreso genera una carga tributaria total muy importante para las empresas mineras.

Todos los cálculos realizados confirman tal situación. Algunos economistas han señalado que podría llegar a un 123% la carga total de un inversionista minero, lo cual ha sido refutado por el ministro Marcel y el coordinador de política tributaria, señor Bohme, rebajando tal carga a un 57,5%.

Por otro lado, el Centro de Estudios Público ha indicado una carga tributaria máxima a nivel de empresa de un 74%.

Porcentajes más o porcentajes menos, todos señalan una carga importante sobre pasando el 50% de los ingresos generados, es decir, los nuevos proyectos mineros tendrán que compartir con el Estado más del 50% de la utilidad que generen cuando realicen nueva inversión que responda a la futura demanda del cobre.

Doctrinariamente se ha señalado que un impuesto es expropiatorio cuando supera el 50%, por lo cual, no es una mentira que la carga proyectada será excesiva si consideramos los cálculos más discretos.

Dado ese escenario, no es falaz afirmar que la ley del royalty minero y el proyecto de reforma tributaria que se discute en el Congreso es una rémora importante que obstaculizará la inversión que motivará la mayor demanda producto de la conversión a la electromovilidad de los vehículos, haciendo perder la competitividad de nuestro país ante el escenario estratégico que se avecina.

*Director Magíster en Planificación y Gestión Tributaria