El oro, la plata y el cobre están en alza a largo plazo.El oro está en su período alcista más espectacular desde 1976-1980, cuando los precios se dispararon de 91 dólares a más de 800 dólares la onza.
El ciclo actual del oro encontró su piso cerca de los 1.800 dólares a fines de 2022, cuando la campaña de subida de tasas de la Fed de Powell alcanzó su punto máximo y Washington congeló 300.000 millones de dólares en reservas rusas en respuesta a la invasión de Ucrania .
El oro cotiza ahora a poco más de 4.000 dólares la onza , una perfecta reivindicación de mi objetivo estratégico de fin de año de 4.000 dólares publicado anteriormente.
La militarización del dólar estadounidense, el sistema bancario Swift y el acceso a los mercados monetarios de Nueva York han desencadenado uno de los mayores cambios en los activos de reserva en la historia de la banca central.
Como era de esperar, las compras de los bancos centrales, lideradas por el Banco Popular de China, impulsaron un aumento del 24 por ciento en el oro en 2024, así como un aumento extraordinario del 49 por ciento en 2025.
El metal amarillo ha vuelto a conseguir la medalla de oro en la olimpiada del mercado de metales, mientras que el destronado rey dólar ha tropezado , cayendo un 10 por ciento en el índice ponderado por el comercio (DXY) este año.
La devaluación de la moneda ha provocado terremotos monetarios desde la época romana, y la era de Trump no será una excepción.
La plata, para tenaces
Los precios al contado de la plata se han disparado a 48 dólares la onza, un espectacular aumento del 64 % en 2025. Pero con una volatilidad que prácticamente duplica la del oro, el metal blanco sigue siendo un metal peligroso. No es apto para personas nerviosas que carecen de fortaleza abdominal.
La historia muestra que la plata se ha cotizado entre el 2 % y el 3 % del precio del oro en 21 de los últimos 50 años. Hoy, representa tan solo el 1,22 % del precio del oro, una clara infravaloración relativa.
Al mismo tiempo, la producción minera mundial sigue siendo deficitaria. La nueva demanda de sistemas de misiles, vehículos eléctricos y tecnologías de energía limpia reducirá aún más la oferta.
Las tasas de arrendamiento de plata en Londres y Shanghái, que normalmente oscilan entre el 1 y el 2 por ciento, se han disparado al 6 por ciento, una clara señal de acaparamiento.
Mientras tanto, los mayores inversores institucionales del mundo están aumentando su exposición a la plata en papel a través de los mercados de futuros y opciones en todo el mundo.
Al igual que el oro, la plata se encuentra en un mercado alcista secular, aunque su trayectoria será más parabólica y volátil. El próximo objetivo son los máximos de 54 dólares establecidos por el intento de Nelson Bunker Hunt en 1980 y el repunte de la Primavera Árabe y la crisis de la deuda europea en 2011.
Fortunas dispares para el metal rojo
El cobre será en la década de 2020 lo que el petróleo crudo fue en la década de 1970, a medida que la raza humana pasa de la era de los hidrocarburos a la era de la IA.
El metal rojo abrió 2025 a 8.700 dólares por tonelada métrica en la Bolsa de Metales de Londres (LME) y ahora se negocia a 10.608 dólares, un aumento del 16 por ciento en lo que va del año.
A diferencia del oro y la plata, el cobre aún no se encuentra en un mercado alcista estructural. Conocido en el mundo del comercio como el "Dr. Cobre" por su asombrosa capacidad para diagnosticar la salud de la economía global, la mitad de su demanda está ligada al ciclo industrial de Estados Unidos y China, ambos en desaceleración sincronizada.
En China, la deflación afecta al mercado inmobiliario, lo que genera una demanda anémica de cables de cobre.
El presidente Xi Jinping ha ordenado a los 138 fabricantes de vehículos eléctricos de China que se consoliden, un ejercicio de reestructuración capitalista-maoísta que amenaza con reducir la demanda de cobre.
Un fuerte enfriamiento deflacionario azota los mercados mundiales de materias primas. Confirma mi convicción de que el cobre podría caer a 7.000 dólares por tonelada en la LME en los próximos 12 meses.
Aun así, el metal rojo bien podría triplicarse hasta alcanzar los 30.000 dólares en la próxima década, a medida que la revolución de la IA reinventa la red eléctrica mundial, aumentando así la demanda del conductor de electricidad más rápido del mundo.
Mientras tanto, el Brent se ha desplomado de 130 dólares por barril tras la invasión rusa de Ucrania a 65 dólares en la actualidad. El exceso de oferta global sugiere que el Brent alcanzará el objetivo de Goldman Sachs de alcanzar los 50 dólares el próximo año.
El gas natural ha caído de 10 dólares a 3,40 dólares. Los precios del trigo, el maíz, el níquel, el estaño y el aluminio están bajo presión.
La única razón por la que el cobre ha demostrado resiliencia en medio de una crisis emergente de crédito al consumo en Estados Unidos y la guerra comercial y la crisis de la banca paralela en China es que los metales generalmente aumentan ante shocks repentinos de oferta.
En el corto plazo, las perspectivas siguen siendo bajistas, pero a partir de 2027 la curva de demanda de cobre aumentará a medida que desplace al petróleo crudo como el producto básico estratégico más crítico del mundo.
*Inversor en los mercados financieros globales y asesor de la junta directiva de importantes oficinas familiares en los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.
