Silvio Pastore, experto en Geocriología, alerta sobre la disminución de la oferta hídrica en San Juan. La menor precipitación nívea y el aumento de la temperatura media del aire son los principales culpables. ¿Qué futuro le espera a la provincia cuyana en materia de recursos hídricos?. El inquietante pronóstico.
Anticipan una disminución de la oferta hídrica
y menos nieve para los próximos años
Lo que hay que esperar frente a la escasez de agua.
Una disminución de la oferta hídrica, directamente relacionada con menor precipitación nívea, con un incremento de la temperatura media del aire, es lo que anticipa un especialista en los temas vinculados con el agua. Se trata de Silvio Pastore, investigador y director del Gabinete de Estudios de Geocriología, Glaciología, Nivología y Cambio Climático de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ).
Basándonos en su trabajo y en lo que viene observando, Pastore anticipa que para los próximos años la cantidad de agua, tanto para riego como para consumo humano, va a continuar disminuyendo, por lo que urge hacer un mejor uso de los recursos existentes.
“Los pronósticos indican una clara tendencia a la disminución de la oferta hídrica en San Juan, en relación con el ascenso de la isoterma cero grados, aumento de la temperatura media del aire, disminución de las precipitaciones níveas, aumento de la evaporación, aumento de la transpiración, aumento de la población y mala gobernanza del recurso”, sostiene el especialista.
UN DATO PREOCUPANTE
A pesar de haber tenido en el invierno pasado un poco más de nieve en la cordillera con respecto a años anteriores, los diques no se han logrado recuperar del todo, aunque se encuentran por encima de los niveles mínimos de seguridad.
+ De acuerdo al cuadro, solamente Caracoles tiene poco más de la mitad de agua embalsada, si se tiene en cuenta la capacidad total. Ullum es el dique que se encuentra en su peor estado, con solo el 25% de su capacidad.
+ Otro dato que llama la atención, de acuerdo a un informe elaborado por el especialista, es la reducción del tamaño de los que glaciares. Y es debido al aumento de la temperatura media del aire (a niveles planetarios) y al ascenso de la altitud de la isoterma cero grado (es decir la altitud donde la temperatura del aire es de cero grados), que traen como consecuencia una acelerada ablación (pérdida de masa) de las capas de hielo (glaciares) y una disminución en el área donde las precipitaciones son sólidas (nieve).
+ En cuanto al impacto, el especialista sostiene que lo hace de diferentes formas. “Si hablamos de agua en estado sólida (congelada) estas áreas están reduciéndose a tasas elevadas y sin precedentes en San Juan. Si hablamos en estado líquido y superficial, esta condición aumenta la evaporación y cambian los ecosistemas que en ella se desarrollan, pudiendo cambiar hasta la calidad de la misma. Así, desde el 2015 al 2020, se midió una variación de área promedio del -27,15% de las geoformas que caracterizan al ambiente glacial sin cobertura detrítica (glaciares descubiertos y manchones de nieve-glaciares”.
Frente a este panorama, Pastore sugiere seguir tomando previsiones para afrontarlo.
