Royon afuera generó fuerte desagrado en las mineras
“Se la cepillaron a Flavia, no la ven”, “Justo a 20 días de PDAC y después de la buena gira por Europa”, “Dan pocas ganas de ir a Canadá”… Decenas de voces empresariales expresaron su desagrado por el despido de la fugaz secretaria de Minería de la Nación. Días intensos y a la espera del PRO.
El gobierno argentino, en su contienda con los gobiernos provinciales que no acompañaron la Ley Ómnibus de amplio espectro, ha dedido prescindir de dos funcionarios que generaban confianza y consensos en círculos decisores del país, dos percepciones que no abundan en medio de los marasmos de la crisis y de flaquezas políticas evidentes de la Era Milei.
La expulsión de Osvaldo Giordano, el cordobés titular de la ANSES y de la salteña Flavia Royon, la autoridad minera nacional por las “traiciones de la (ex) oposición amigable” ha tenido particular impacto entre las mineras e interrumpido el circuito de memes por el Año del Dragón de la madre patria del siglo 21.
Royon, tras su paso con cuatro gobernadores mineros por Berlín y Bruselas, donde exhibió su poder de fuego como gestora de agenda de negocios en minerales críticos, tenía hasta su renuncia forzada de las últimas horas los cañones apuntados a la feria Prospectors and Developpers Association (PDAC) de Toronto, la máxima cita de la exploración minera mundial.
Allí, el gobierno nacional sería la locomotora con 25 encuentros pactados con inversores y un Argentine Day de cinco horas el domingo 3, precediendo a la cita de CAEM en un hotel al día siguiente. Hasta estaba la posibilidad de que concurriera Luis Caputo, con un mensaje de apertura y garantía a inversiones.
Antes de eso, en febrero, habría reuniones y pre-coloquios, como el de la Cámara Canadiense Argentina de Comercio (CCAC), con Royon como protagonista central. Pero todo eso ya fue y en vísperas del carnaval la salteña viajó a su provincia mientras florecían los candidatos a sucederla, por aquello de que el espectáculo debe continuar y el cementerio está lleno de imprescindibles.
Como era de esperar, el primero en ser puesto en negritas por los numerosos colegas que hoy escriben de minería es Mario Capello, quien se había sumado al fugaz Ministerio de Infraestructura, en vísperas del despido por las redes de Guillermo Ferraro (quien seguiría en nómina, dicen) y había quedado en un limbo, con oficina en Buenos Aires, teléfono y sin misión alguna. A Capello lo impulsa su fuerte vínculo con Patricia Bullrich, quien con Mauricio Macri serían los sostenes salvavidas del gobierno apaleado en el Congreso y que ha declarado la guerra a los gobernadores, con el poder de fuego de su billetera. Un contienda de final impredecible.
En medio del diluvio porteño de la noche del viernes brotaban otros nombres para suceder a Flavia. Volvió el nombre del abogado Sergio Arbeleche, socio del estudio de Funes de Rioja, el pope de la Unión Industrial Argentina (UIA) donde se acaba de formar un Departamento de Minería presidido por Franco Mignacco, el Exar y ex presidente CAEM. Arbeleche es el más libertario de los mineros, un pura sangre sin problemas de CV político para los talibanes nerviosos, que hace tres meses agradeció ofrecimientos por razones personales.
Después hay para todos los gustos, como los del larretista Santiago Dondo, Juan Biset (con Capello, estos dos estuvieron con Daniel Meilán en el gobierno Macri, el tango nunca pasa de moda) , Carlos Saravia, un puntano, un manager de empresas sin pasado en la política (sic)…todas cosas que circulan, que podrían ser o no. No todas juntas, siempre una u otra, claro.
Quien llegue encontrará que Royon, con un par de despliegues, como la visita a San Juan, los contactos con el FMI, EE.UU., Canadá y Europa, ha dejado una vara de medida diferente. La salteña es rara avis en la política de estos días. Una tecnócrata, término desvirtuado en la Argentina pero que significa otras cosas, que como Giordano en el Anses no alcanzó a aposentarse.
Flavia propuso como Norte terminar este gobierno con el arranque de construcción de un par de minas de cobre, una commodity más cara en inversión pero menos voluble en los precios. Parecía hacia el miércoles por la tarde que había logrado salir de la encerrona que hoy se atribuye al macrismo y bullrichmo que canjeará fidelidad por un nuevo loteo del poder. El futbol y la política funcionan así.
Los mineros consultados por CLUBminero, en su mayoría destacaban como virtud de Royon su solvencia en el marketing de negocios de la minería argentina, que tiene muchos recursos pero sigue despertando desconfianzas por las inestabilidades del país.
Es la impresión que surge también del interesante podcast que hizo CLUBminero con Fernando Brun, el ex Potasio Río Colorado (era Vale) y hoy embajador en Alemania, mentor de la ronda en Berlín con políticos y empresarios por litio, cobre y minerales críticos:
La alianza Nación-Provincias que tejió entre aviones y hoteles con las administraciones de los gobernadores Carlos Sadir, Gustavo Sáenz, Raúl Jalil y Marcelo Orrego, también quedó desvaída. Y sin su impronta del just in time (palabra que ahora revivió con YPF by Techint) de ir tras el corazón de los negocios, a palo y palo, sin tanto bombo, viajero al cuete y empanadas.
Hacia adentro de la Secretaría, Royon alcanzó a mover algunas cosas. Aunque le pasó el lápiz rojo a gastos innecesarios como la tercerización de las RR.PP., se quedó con buena parte del staff de funcionarios de línea que había consolidado la hoy diputada catamarqueña Fernanda Ávila, logró ungir en el Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR) al jujeño Eduardo Marquina y puso a su diestra a otra jujeña, Araceli Guzmán.
"Es una macana, un error y esas cosas se leen mal afuera, justo en un momento en que veníamos tan bien", decía anoche a CLUBminero el alto ejecutivo de una minera, cuya empresa desde que llegaron las primeras crónicas desde el Muro de los Lamentos sobre un despido inminente había procurado incidir en la decisión presidencial de seguir sin Royon. "No sea cosa de que la veamos aparecer por Toronto de la mano de Sáenz, que siempre la quiso en su equipo, se van a querer matar", decía otro peso pesado.
Continuará.