MINERÍA EL CRONISTA 09 de enero de 2023

Argentina Roja: sueña con una montaña de cobre para 2030

Ocho proyectos, US$22.000 MM, 63 MM ton y US$11.000 MM anuales

En la Argentina, el futuro es realmente prometedor en cuanto al cobre con 8 proyectos que ya están en marcha y se espera que para 2030 transformen al mineral en una producción de gran escala.

De acuerdo a los últimos cálculos de la Secretaría de Minería de la Nación que conduce la abogada catamarqueña, Fernanda Ávila, esos 8 proyectos demandarán una inversión de más de US$22.000 MM, que en total permitirán la extracción de 63,1 millones de toneladas de reserva de cobre, estimando una producción anual de 1,2 millones de toneladas.

Esto se traduce en exportaciones que podrían alcanzar los US$11.000 MM anuales; más del triple de lo que exporta actualmente el sector minero del país. Eso sí, para ver resultados sólidos habrá que esperar hasta 2030.

"Para los próximos años se espera un incremento constante en la demanda, impulsado muy especialmente por los compromisos asumidos por los distintos países en relación con el cambio climático. Aquí entran en juego las tecnologías de energía limpia. La Argentina tendrá un lugar destacado en este cambio energético a partir de ser productora de cobre y también del litio", señala Franco Mignacco, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM).

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Mario Hernández, presidente de la Cámara Minera de San Juan (CMSJ), indica: "La Argentina empezó a traccionar una nueva ola exploratoria y de grandes inversiones para concretar la producción y exportación. Esto tiene que ver con que hay una posibilidad de que en un futuro el precio de las materias primas vaya al alza ante la mayor necesidad de consumo de cobre en el mercado". Y remarca: "Los pórfidos de cobre se volvieron más atractivos en términos de inversión exploratoria, porque tiene un valor de cobre equivalente ya que incluye a otros metales, como por ejemplo el oro. Si avanzan los pórfidos de cobre en San Juan, estamos hablando de alrededor de US$ 7000 millones de inversión para una sola provincia, que es un número muy grande".

El titular de la cámara sanjuanina destaca que para 2030 el precio del cobre va a estar muy por encima del actual. "Los proyectos en la Argentina no van a producir mañana, por eso es importante que lleguen las inversiones para el desarrollo de estos pórfidos de gran escala. Entre los años 2027 y 2028 la Argentina podría volver a exportar cobre. El cálculo que se hace en el sector minero es que para 2030 se espera una gran demanda de cobre en el mundo, que coincide justo con el año donde podría haber varios proyectos en San Juan que estén exportando o comenzando a exportar", explica.

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Michael Meding, vicepresidente de la compañía canadiense McEwen Copper, que opera el proyecto de cobre de gran escala Los Azules (San Juan), señala que el cobre va a jugar un rol muy importante en el futuro. Será el nuevo petróleo, según el banco de inversión Goldman Sachs. La mina Los Azules está en Calingasta muy cerca del límite con Chile. En recursos, es uno de los 10 proyectos más grandes del mundo (al igual que El Pachón), según indicó el ejecutivo.

Meding, insistió: "Los proyectos de cobre son grandes y hay muchos. Necesitan mucha mano de obra y pueden alentar un proceso de industrialización. Veladero (oro) en San Juan era el 30 por ciento del PBI de la provincia y estuvo dentro de las primeras cinco empresas que más pagaron impuesto a las ganancias en el país".

"Los números de estos proyectos con estas dimensiones son muy significativos. Los proyectos de cobre de la Argentina pueden ser realmente de transformación para las economías regionales y a nivel nacional. La Argentina está en un punto de inflexión respecto al cobre y la economía del país, se abrió una oportunidad muy grande para ser un país distinto. Esa es la diferencia con la etapa del cobre anterior a 2018", destaca.

Hernández, subraya: "Cuando vuelva a comenzar la producción de cobre en la Argentina vamos a ver primero una curva muy importante de empleo directo e indirecto porque se necesita de mucho movimiento y logística para el traslado hasta los puertos. Estimo que cada proyecto va a necesitar no menos de 2000 empleos directos y alrededor de 8000 indirectos, es decir, cada proyecto va a generar 10.000 empleos en la etapa productiva".

El aumento de la demanda global de cobre por los requerimientos de la transición energética hacia una mayor electrificación, y el salto exponencial de la electromovilidad generan la oportunidad de abrir en el país una nueva era del cobre.

Para ese desafío, la Argentina dentro de numerosas localizaciones de cobre tiene identificados y en distintas etapas de desarrollo avanzado ocho mega proyectos.

Se trata de los proyectos Josemaría, el único que inició la etapa de construcción, con un capex anunciado de US$ 4.100 millones; El Pachón que atraviesa la etapa de factibilidad con una inversión inicial de US$ 4.500 millones; El Altar en exploración avanzada que requerirá unos US$ 3.000 millones, y Los Azules, en estudio económico preliminar (PEA) por US$ 2.363 millones, todos estos en la provincia de San Juan.

En Catamarca, el proyecto Minera Agua Rica Alumbrera (Mara), avanzó a la etapa de Prefactibilidad y tiene un capex previsto de US$ 3.100 millones; en la zona norte de Mendoza, el proyecto San Jorge también en Prefactibilidad con una inversión inicial de US$ 370 millones; en Salta la mina Taca Taca que en estudio económico preliminar por US$ 3.583 millones y finalmente, Filo del Sol en etapa de Prefactibilidad con un costo de construcción de US$1.266 millones.

Los más importantes en términos de reservas son El Pachón, Los Azules, y Taca Taca, proyectos que sumados representan el 62% de las reservas totales de cobre de Argentina y su construcción y puesta en marcha demandarán más de US$ 10.000 millones, casi la mitad de la inversión total proyectada, de US$ 22.200 millones, para los 8 proyectos.

En cuanto a la producción, aportarían una capacidad de 693.000 toneladas; que significarían, al nivel de producción de 2020, un 3% de participación mundial, pero si todos los proyectos estuviesen funcionando a plena capacidad, la participación de Argentina subiría a 5%, con un volumen máximo que superaría las 1,2 millones de toneladas anuales.