Contactos Energéticos: Un interesante debate sobre la era GNK
INTERESANTE PING PONG SOBRE EL MUNDO OBJETIVO Y SUBJETIVO DEL SECTOR
La comida anual de la flamante Fundación Contactos Energéticos derivó en un saludable intercambio dialéctico sobre el clima de inversiones en la Argentina, a propósito del desafío lanzando por el orador invitado, Daniel Gerold, quien preguntó a la audiencia sobre las razones del pesimismo que contrasta con los excelentes ratios macro del oil&gas en el país.
Según repasó el titular de G&G Energy Consultans, el último año, incluso parte del anterior, han mostrado cifras inéditas comparadas con el estancamiento del último cuarto de siglo, aún teniendo en cuenta que Vaca Muerta fue una novedad que arrancó en 2011. "Hubo un punto de inflexión en una industria que venía en decadencia, declinaban cuencas, no pasaba mucho, y se invertía sin que hubiera rentabilidad acorde", recordó.
Gerold evocó también el duro momento en el cenit de la pandemia en abril 2020, cuando hubo una brutal caída de la demanda y los precios se congelaron, mientras el Brent y WTI caían a US$ 0. Y atribuyó el repunte en el petróleo y gas argentino a la necesidad de optimizar inversiones y recursos e incrementos de la productividad. Desde fines de 2020 que la mejora ha sido constante en Vaca Muerta, no hubo grandes descubrimientos ni operadores nuevos sino que se encontró otra forma de producir en operaciones y empresas de servicio con el acompañamiento del gobierno que puso el Plan Gas y otras herramientas que crean "certidumbres de largo plazo".
Gerold salió al cruce de los guarismos subjetivos que arrojó la encuesta salarial de la entidad anfitriona que en esta reunión festejó sus 10 años, en los que ha logrado sumar a 7.300 profesionales en nueve países, los que se vinculan diariamente a través de diversos grupos de la red WhatsApp, bajo la coordinación de sus mentores Luciano Fucello, Eduardo Zanardi y Pablo Cariddi.
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Estos foros, que incluyen segmentos como minería, renovables y electricidad, en el capítulo de hidrocarburos recogieron las críticas y escepticismos varios al difícil 2022 y a un eventualmente sombrío 2023. Gerold estima que 2024 y 2025 podrían ser buenos para el sector aunque a la hora de las proyecciones pone paños fríos sobre una posible fiebre exportadora del GNL argentino.
En el intercambio con los asistentes a la cena de Contactos, aparecieron algunas de las claves, por ejemplo la puntualización de que buena parte de la inversión privada en toda la cadena de valor se ha realizado sobre la reinersión de utilidades ante las dificultades para capturar inversión externa y financiamiento blando. La inflación y los cepos aparecieron en el debate como los grandes generadores de estrés en este sector cuyas grandes magnitudes impresionan desde afuera. Un 60% de los encuestados optaron por un saldo negativo en su mirada de las cosas, lo que también se explicaría por que quienes responden son ciudadanos de carne y hueso sometidos a otras tensiones cotidianas más allá del negocio.
Interesante, porque los US$ 32.000MM invertidos, una buena parte hasta ahora sin retorno, con el telón de fondo de la pandemia y de la guerra que han tensionado oferta y demanda del GNL y de la energía eléctrica en el mundo, abren un escenario incierto que en la Argentina se vio, según Gerold y la audiencia, en el crecimiento geométrico del MMBtu importado que destrozó las proyecciones del presupuesto nacional y obligó a acelerar la marcha del Gasoducto Néstor Kirchner. En el asado petrolero se anotó el consenso de que aún con el caño que pondría 11 MMm3/día a partir del solsticio de invierno (dos años perdidos porque el cambio de signo político archivó el proyecto de Cambiemos, en las mesas).
Otra novedad de la cena fue la mención al litio que ha mostrado en medio del planchón argentino un notable dinamismo, en anuncios de adquisición de proyectos y en la construcción de seis nuevas minas en Jujuy, Salta y Catamarca. Gerold citó el caso de la pionera de esta nueva ola, la australiana Allkem, cuyo CEO argentino Martín Pérez de Solay proviene, precisamente, del mundo del petróleo. Todo un tema citar al mineral blanco y a la transición energética en un cenáculo petrolero, cuyos exponentes viven inquietos por la mala prensa de los fósiles, especialmente en occidente, aunque después de Ucrania el mundo acudió al carbón, petróleo, gas, nuclear y cualquier fuente de energía que lo libre de colapsos.
El litio, con sus US$ 5.000/6.000MM de inversión rondando es otra muestra de la conjunción de recursos naturales y humanos en la Argentina. Gerold citó lo que muchos comentan en el sector, que en las operadoras internacionales rankean cada vez mejor los pozos argentinos, a pesar del mencionado estrés a los que los someten la problemática del país y su impacto en las empresas. En los yacimientos no sobra nada pero cuando se puede, están al límite, haciendo caso omiso al balance de divisa, la explosión de precios y la tensión en los salarios.
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Hubo mucho más: tarifas, electricidad, entes, electricidad, entes, año electoral. ¿Y lo que viene? Soportar un duro 2023 en el que habrá mucha inflación y poco crecimiento, pero con un horizonte de exportación de GNL y de crudo. Y por el momento bajar la factura nacional de importación de compra del gas en invierno. En 2024 el GNK ya podría regalar 22MMBtu/día y achicar el déficit del cómex y pensar en que lo mejor está por venir. Inevitablemente, siempre que hay dos o más argentinos en ronda, aparece el latiguillo de la seguridad jurídicay el respeto a los contratos.
Pero el panorama es alentador, solo se trata de que no ocurra algo raro en el medio. El rosario argentino de rarezas, que no son tales, explica el pesimismo en las encuestas a los ejecutivos y profesionales.
A la hora de los brindis, un veterano de la industria como es Daniel Rideneler, líder de Transportadora Gas del Norte (TGN), llamó a seguir trabajando por la imagen y el prestigio de una industria que aquí y en el mundo viene siendo vapuleada por las ecomodas, a pesar de ser protagonista y sostenedor de la energía hogareña y productiva del país.