Como ya reportó CriptoNoticias, el índice Nasdaq, que replica el accionar de las 100 compañías tecnológicas más relevantes de Estados Unidos, sufrió el viernes pasado un descenso del 2,8% en medio de los temores por una nueva recesión económica en ese país.
Esto provoca que los inversionistas se desprendan de sus acciones y busquen refugio en activos más estables, como bonos del Tesoro o el oro. Históricamente, este metal precioso es el más elegido en contextos de crisis económica y, además, constituye una reserva de valor tradicional.
Desde enero de 2018 hasta el momento de publicación de esta nota, el precio se mantiene entre los 1.000 dólares por onza y los 2.430, su ATH.
Los movimientos en las acciones de las empresas tecnológicas y el oro no fueron los únicos que se registraron en estos días y bitcoin también experimentó fluctuaciones en su precio.
En los últimos 7 días, la cotización de la moneda digital creada por Satoshi Nakamoto cayó de los 69.000 dólares a menos de 50.000 dólares. Se trata de una caída superior al 25%.
En medio de esta tensión en el mercado y aumento en la demanda de activos de menor riesgo, vale preguntarse si bitcoin puede desempeñar un papel similar al del oro en épocas de crisis. Por eso, vale preguntarse: ¿BTC puede ser considerado como un oro digital?
En primer lugar, debe considerarse que bitcoin tiene escasez inherente. Nunca podrán existir más de 21 millones de bitcoin. De esta forma, el activo digital se diferencia del dinero fíat, que se devalúa constantemente ante la inflación por emisión de los bancos centrales.
Por esta condición, un aumento en las compras puede provocar un incremento en su precio, por simple ley de oferta y demanda.
Esta escasez, establecida en su protocolo, es una diferencia que tiene bitcoin con el metal precioso. Aunque se desconoce la cantidad exacta de oro en el planeta, es cierto que aún pueden encontrarse nuevas reservas, a pesar de las dificultades y el costo de su extracción.
Vale destacar que BTC tiene una serie de ventajas sobre el oro como, por ejemplo, que los inversionistas pueden operar en un entorno seguro y transparente a través de la red de Bitcoin. Todas las operaciones quedan guardadas en un registro público en el cual las personas pueden acceder y corroborar cada uno de estos movimientos.
Además, permite hacer transacciones sin importar la ubicación de los usuarios. Es una moneda descentralizada que no depende de ningún gobierno o institución. Esto impide que cualquier actor pueda manipularlo en favor de un beneficio propio.
En cuanto a su almacenamiento, los usuarios lo pueden autocustodiar en una wallet y es transferible a través de su red, de forma rápida y económica.
Actualmente, el oro es el activo de mayor capitalización de mercado en todo el planeta con una cifra de 16.157 millones de dólares. El BTC, en tanto, ocupa el puesto 10 con 988 millones de dólares.
Este es un dato importante, sobre todo teniendo en cuenta que bitcoin apareció en 2009 mientras que el oro lleva miles de años historia como activo de refugio y siendo comercializado.
Bitcoin como activo de refugio
Este escenario de crisis vuelve a poner de manifiesto que la narrativa de BTC como “oro digital” todavía no fue descubierta masivamente por el público inversionista.
Posiblemente, la volatilidad y las fluctuaciones en su precio impiden que las personas exploren sus potenciales beneficios. Quizás haga falta que pasen más años para que bitcoin pueda destacarse como activo contra-tendencial en tiempos de crisis.
Es que bitcoin está en una fase temprana de adopción, y su verdadero valor recién está empezando ser reconocido. A medida que más inversionistas e instituciones conozcan sus propiedades, es probable que BTC se consolide como una alternativa al dinero fíat y a los activos tradicionales.