El costado flaco de MARA fue por más de una década la conflictividad de grupos anti minería y de sectores de la política de Catamarca, que tuvo su cenit con el ataque a la sede de la compañía en Andalgalá en febrero de 2021.
Posteriormente, grupos siguieron hostigando con bloqueos a la exploración, pero en los últimos dos años y después de una toma de posición más clara en favor de la minería del gobierno de Raúl Jalil, el equipo de trabajo que lideró Nicolás Baretta logró articular un clima de paz y cooperación en las comunidades vecinas y en la provincia, según analistas.
Agua Rica demandaría la construcción de un sistema de transporte por cintas y túneles y adaptar la metalurgia de la planta, hoy en desuso pero intacta. No menos de US$ 3.000 MM en infraestructura, destape y desarrollo de la mina, 25 productores de cobre del mundo. En sus primeros diez años podría lograr 40.000.000 ton/años, equivale a decir US$1.500 y US$ 1.700 millones por año de exportaciones.
Pachón, por su parte, invirtió en Calingasta unos US$120 millones en exploraciones y en acciones comunitarias desde octubre de 2019, tiene a su favor otro clima con respecto a la licencia social, aunque debería abordar una inversión importante para el procesamiento y exportación del cobre que comenzó a ser explorado hace más de medio siglo.
El impacto en la economía de San Juan sería fuerte en la construcción, que necesitaría 7.000 personas y US$ 6.600 millones de dólares. En operaciones arrancaría moliendo 92.500 toneladas hasta llegar a 185.000 ton/día y un máximo de 300.000 ton de cobre fino y 5.900 toneladas de molibdeno al año. Sus reservas y recursos están estimados en 3.097 toneladas (recursos medidos e indicados 1.588 Mt con 0,41% de cobre, 1,8 g/t de plata y 0,009% de molibdeno) lo que se traduce en alrededor de 15 TM de contenido de cobre.
Pachón está pegado a la divisoria de aguas de los Andes de San Juan con Chile. Tiene que resolver, como Altar y Los Azules, la ecuación del uso y tratamiento de aguas en un área del planeta de ciclo hídrico escaso y diseñar por donde exporta su producción. El cobre argentino está más cerca de China, vía Chile, pero los borradores de esa opción han sido sucesivamente descartados, incluso el más complejo que imaginaba un mineral o ducto hacia el litoral del Pacífico. Lo cual hubiera convertido a El Pachón en un complejo minero binacional, amparado por el Tratado de Integración.
Pachón está tan cerca del límite argentino-chileno que tras la cornisa está Los Pelambres, que depositó ¿Clandestinamente o con el guiño de alguien? En un área de Glencore y sin permiso de la compañía, un gran botadero de millones de toneladas de escombros y neumáticos que tras el escándalo y acciones judiciales le llevó un siglo retirar en camiones, tal como lo trajo. En esa época, Donicelli, entonces a cargo de Legales, conoció este proyecto como la palma de su mano.
“Es una nueva estructura organizativa requerida para poder avanzar hacia las siguientes etapas de desarrollo de nuestra cartera de activos, junto a los equipos operativos de gran trayectoria que lideran cada proyecto, siempre bajo la perspectiva de una minería sostenible. Tenemos un país muy valioso en términos de capital humano y recursos geológicos, que constituyen un enorme potencial de crecimiento y oportunidades para posicionarnos mejor en el mundo. De allí que el trabajo responsable, el diálogo abierto y constante y el cuidado de las personas y del medio ambiente sean tan importantes para quienes formamos parte de Glencore”, dijo Donicelli en él.
Glencore es la única propietaria y operadora de MARA, tras comprarle a Pan American Silver (PAS) su 56,25% de este royecto que la canadiense controlaba después de la compra de Yamana Gold. Hasta entonces, Glencore ya poseía 43,75% del activo catamarqueño.
Los párrafos que siguen son textuales de la comunicación de Glencore Cobre Sudamérica:
Los dos proyectos cupríferos de clase mundial son de los más importantes del país, lo que confirma el compromiso de Glencore en la Argentina y la voluntad de cubrir la creciente demanda de este valioso metal, indispensable para la necesaria transición energética global.
Ambos generarán sinergias y oportunidades de desarrollo para las comunidades que los rodean, así como los proveedores locales y toda la cadena productiva.
Glencore Cobre Sudamérica, que incluye los activos de Argentina, Chile y Perú, trabaja por una minería con una perspectiva de sostenibilidad en la que la responsabilidad, la honestidad y las buenas prácticas son innegociables. En consecuencia, se aplican estándares internacionales enfocados en mantener el más alto nivel en materia de salud y seguridad para los trabajadores, en el cuidado de los recursos naturales y en la contribución al bienestar de las comunidades próximas al proyecto, alineados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).