Fin de los fósiles en 2035: El polémico catecismo de la Unión Europea
LA BUROCRACIA DE BRUSELAS DIO A CONOCER OTRA SINOPSIS DE SU PLAN SPEEDY DE ELECTROMOVILIDAD
ACTUALIDAD02 de noviembre de 2022 Infobae / CLUBmineroLos funcionarios nacionales y globales siguen rediseñando el planeta. Aunque con no pocas dudas acerca de su viabilidad, Europa - a través de la Comisión Europea (CE) y el Parlamento Europeo - acaba de alargar a 2035 su meta de Netzero para el transporte vehicular.
Esta reciente reseña del Parlamento Europeo, optimista, es elocuente al respecto:
Según el informe de Bruselas, el transporte por carretera representa aproximadamente una quinta parte de las emisiones de carbono de la UE. Por ello, quiere reducir su impacto en el clima fomentando el uso de combustibles renovables y con bajas emisiones de carbono. Lo harán a través de los combustibles alternativos que son combustibles o fuentes de energía utilizadas para sustituir a los fósiles con el objetivo de contribuir a la descarbonización del sector.
De acuerdo explicaron, los combustibles alternativos para vehículos de cero emisiones incluyen electricidad, hidrógeno y amoníaco. No emiten gases contaminantes, mientras que las configuraciones híbridas requieren menos petróleo y reducen las emisiones de CO2.
El hidrógeno, utilizado a menudo en los vehículos pesados de carretera y aún en fase inicial, se extrae del agua o de compuestos orgánicos. El impacto medioambiental y la eficiencia energética del hidrógeno dependen de cómo se produzca, es decir, a través de fuentes renovables como la solar, la eólica o el biogás, o utilizando combustibles fósiles.
El amoníaco puede contribuir a una reducción sustancial de las emisiones totales de CO2, ya que sus únicos subproductos son el agua y el nitrógeno.
Combustibles alternativos, combustibles renovables
Los combustibles renovables incluyen los combustibles de biomasa y los biocombustibles, los combustibles sintéticos y parafínicos, incluido el amoníaco (mencionado anteriormente), producidos a partir de energías renovables.
Los biocombustibles son combustibles biodegradables, fabricados en el país a partir de aceites vegetales, grasas animales o grasa de restaurante reciclada. Actualmente son uno de los tipos más importantes de combustibles alternativos, ya que representan el 4,4% del consumo de combustible en el transporte de la UE. Pueden contribuir a una reducción sustancial de las emisiones globales de CO2, si se producen de forma sostenible. Sin embargo, existe el riesgo de que utilicen terrenos que de otro modo se habrían destinado a otros fines, como la producción de alimentos o cultivos.
Hay otros combustibles que podrían ayudar a reducir las emisiones en el camino hacia la consecución de las cero emisiones del transporte. Entre ellos se encuentran:
El gas licuado de petróleo (LPG, por sus siglas en inglés) se obtiene del petróleo y el gas natural, y en el futuro también de la biomasa. Emite un 35% menos de CO2 que el carbón, un 12% menos de CO2 que el petróleo y casi no emite partículas finas peligrosas. En algunos países existe una infraestructura bien establecida para el LPG de automoción, también conocido como autogás, pero a medida que las normas se vuelvan más estrictas, el LPG no podrá proporcionar las fuertes reducciones de emisiones que se necesitan.
El gas natural comprimido (CNG, por sus siglas en inglés) se produce mediante la compresión del gas natural (normalmente metano).
El gas natural licuado (LNG, por sus siglas en inglés) se produce purificando el gas natural (normalmente metano) y sobreenfriándolo para convertirlo en líquido. No tiene un potencial significativo para reducir las emisiones, por lo que los eurodiputados no apoyan su uso en el transporte por carretera. Los combustibles sintéticos y parafínicos se fabrican utilizando biomasa o gas natural, así como aceites vegetales o grasas animales.
¿Cuántos vehículos con combustibles alternativos hay en Europa?
En el informe, precisaron que alrededor del 5% de los coches que circulan hoy en la UE utilizan combustibles alternativos. El número de vehículos eléctricos en la UE ha aumentado hasta superar los 4,4 millones en 2022, 16 veces más que en 2015. En 2022, de los 29.076.882 coches en España, 279.096 utilizaban combustibles alternativos. De ellos, 188.477 eran eléctricos e híbridos.
El paso a los vehículos de cero emisiones debe ir acompañado de una amplia infraestructura de estaciones de recarga y repostaje. Actualmente hay unos 360.000 puntos de recarga eléctrica de acceso público en la UE, pero la mayoría se concentran en unos pocos países (Países Bajos, Alemania, Francia, Italia y Suecia).
Combustibles alternativos.
La UE está tomando medidas para fomentar la adopción de combustibles alternativos, debido a la subida de los precios de los combustibles y en consonancia con los objetivos climáticos de la UE de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% para 2030.
Aumento del número de estaciones de carga y repostaje
Con el fin de promover el uso de combustibles alternativos, el Parlamento aprobó en octubre su posición sobre las normas relativas a la infraestructura necesaria para hacerla más accesible en toda Europa.
Los eurodiputados quieren que haya más estaciones de carga en las principales carreteras de la UE con mayor capacidad. Proponen que haya zonas de recarga eléctrica para los coches al menos una vez cada 60 kilómetros a lo largo de las principales carreteras de la UE para 2026. En el caso de los camiones y los autobuses, debería haber zonas de recarga cada 60 kilómetros para 2026 en las principales redes transeuropeas de transporte (TEN-T).
Promoción de la venta de vehículos limpios
El plan de recuperación de la UE de la pandemia de Covid-19, NextGenerationEU, incluye 20.000 millones de euros que pueden utilizarse para impulsar las ventas de vehículos limpios.
La UE también está fijando unos límites más estrictos de emisiones de CO2 para los coches nuevos que fomentarán el uso de combustibles sostenibles. En 2035, los coches nuevos no podrán realizar emisiones.
LA NOTICIA DE ESTA SEMANA: "EUROPA LE PONE FIN AL PETRÓLEO PARA COCHES"
(Agencias) La Comisión Europea, el Parlamento Eurpeo y los estados miembros de la Unión Europea, confirmaron que, a partir del 1 de enero de 2035, quedará prohibida la venta de automóviles nuevos impulsados por motores de combustión interna que emitan gases contaminantes.
La noticia no es nueva, es solo la confirmación de aquello que se había anunciado en julio, cuando por mayoría se logró el consenso para aprobar esta nueva Ley. Algunos fabricantes fueron duros con sus críticas, esperado revertir la situación, pero el pasado 27 de octubre finalmente esos intentos fueron desechados, según indicó el periodista Diego Zorrero en su artículo para Infobae.
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La expectativa ahora está puesta en ver en cuánto tiempo los fabricantes comienzan a dar final a los ciclos de producción de motores térmicos propulsados por derivados del petróleo, al menos para alimentar el mercado europeo. Si bien se espera que más estados acompañen la iniciativa de California, un escenario similar sería el que ofrezca también EEUU, ya que recientes anuncios de la Casa Blanca confirman un fuerte respaldo a las inversiones en movilidad eléctrica y servicios eléctricos anexos como las redes de carga para los próximos años.
Pero el mundo es uno solo, y mientras Europa y Norteamérica pueden tomar esas decisiones, quizás no sea el caso de otras regiones como Sudamérica, donde la matriz energética aún no parece estar preparada para sostener un consumo eléctrico como el que la movilidad sustentable requiere, y a la vez la economía de muchos países no está en condiciones de prescindir de los autos con motores térmicos todavía.
Algunas voces que se oponían a esta sanción de la Comisión Europea auguraban un “efecto Habana”, lo que representa un escenario en el que, ante la imposibilidad de adquirir autos eléctricos, millones de usuarios mantengan sus automóviles fabricados antes de 2035 y más antiguos aún, lo que dejaría un continente plagado de autos viejos y contaminantes en lugar de un parque de vehículos sustentables eléctricos como esperan los legisladores.
El automóvil eléctrico por un lado deberá bajar su precio a valores razonables para que más personas puedan adquirirlo, y los gobiernos deberán hacer grandes inversiones en infraestructura que aseguren soporte para una demanda que indudablemente superará todos los registros históricos de electricidad.