El gobierno argentino avanza en su proyecto de Ley de Economía del Hidrógeno que prevé actualizar la vieja ley N° 26123, que fue promulgada en 2006 y que su plazo de ejecución venció tras 15 años.
Un cuerpo normativo específico es llevado adelante en gran parte por la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, pese a que ya existen otras iniciativas legislativas presentadas en el Congreso de la Nación.
Fernando Brun, embajador de Argentina ante Alemania tras su paso como responsable de Relaciones Internacionales en la Secretaría de Asuntos Estratégicos, adelantó que será un régimen de promoción de treinta años con foco en la producción de hidrógeno en el país, su utilización en procesos industriales, desarrollo de cadenas de valor y la consolidación de focos productivos, transporte, logística y exportación.
“Hablamos de beneficios concretos como devolución anticipada del IVA, amortización acelerada del impuesto de las ganancias, compensación de quebranto de ganancias. deducción de la carga financiera del pasivo de cada una de las iniciativas y la exención de impuestos sobre la distribución de dividendos y utilidades”, explicó.
“Serán esquemas de hasta diez años de derechos de exportación de 0% para hidrógeno verde y 1,5% azul y rosado. Hablamos de la exención de pagos de derechos de importación y tasa estadística de impuestos especiales, tasas y gravámenes por una década para la introducción de bienes de capital nuevos, líneas de producción completas, partes, componentes y repuestos, con una visión puesta en que, a futuro, esas mismas empresas se comprometan en el desarrollo de componentes locales”, continuó.
Asimismo, se pretende que el mercado goce de montos de libre de aplicación de divisas de hasta 30%, de aquellas obtenidas de la exportación de cada proyecto de hidrógeno y que puede ser escalado a través de exportaciones incrementales.
Y con ello se busca garantizar el acceso al mercado de capitales para afrontar el pago de divisas, bienes e interés de pasivos comerciales y financieros en el exterior.
“Este es el trabajo que encaramos desde abril de 2020 hasta la fecha. Es un esquema de fast track porque Argentina se inserta tempranamente o no lo hará en esta nueva cadena valor. Pero lo queremos hacer de una manera decidida y rápida para acompañar las iniciativas empresariales”, aseguró Brun.
“Es la tarea que encaramos con una visión plural, con participación de las provincias, ministerios, sector privado, ciencia y tecnología, porque en la creación de consensos está la inteligencia de una ley que debe marcar un nuevo rumbo de los negocios energéticos en Argentina. (…) Y en los próximos días habrá un intercambio entre la Secretaría de Energía y el sector privado”, agregó.
Estas declaraciones se dan poco días después de Flavia Royón, secretaria de Energía de la Nación, manifestara que convocará a la oposición para tratar proyectos de hidrógeno, con el objetivo de lograr consenso entre los sectores y que “se instalen políticas públicas a largo plazo” de común acuerdo entre todos los movimientos políticos.
Y si bien el reciente embajador de Argentina ante Alemania planteó que el potencial eólico y solar del país permite un planteo regional como abastecedores de la demanda internacional, la titular de la cartera energética lanzó guiños al gas, por lo que no sorprendería que primeramente se busque potenciar el hidrógeno azul por sobre aquel producido a partir de fuentes renovables, ya que Royón vinculó la iniciativa del H2 con el gas natural licuado.