











RÓMULO MUCHO
La Agencia Internacional de Energía (AIE) desde 2021 viene abordando el tema de los minerales críticos, especialmente por su importancia para la transición energética. Para ello, ha publicado varios estudios de mercado, de oferta, demanda, bases de datos de políticas y herramientas de análisis para comprender mejor la dinámica de estos minerales.
La agencia global ha explicado en su último informe de minerales críticos del pasado mes de mayo, que, en el caso del cobre, litio, níquel, cobalto grafito y tierras raras, la cuota mundial de China en el refinado y el procesamiento ha aumentado de un promedio del 82% en 2020 al 86% en 2024 y parece intensificarse más.
Esto obliga a nuevas políticas y alianzas internacionales entre los países ricos en recursos, para que los gobiernos tomen consciencia del riesgo que supone esa concentración tan elevada y buscar las respuestas. En el corto plazo para prepararse ante posibles interrupciones en el suministro y a largo plazo para diversificar las cadenas de suministro y reducir los riesgos estructurales.
La demanda por los minerales críticos ha ido creciendo debido a su importancia para tecnologías clave como las energías renovables, los vehículos eléctricos, la electrónica de consumo y principalmente para los centros de datos o inteligencia artificial.
La llamada "Era de la inteligencia artificial (IA)" comenzó cuando OpenAI cuyo director ejecutivo es Sam Altman, lanzó su ChatGPT al público el 30 de noviembre de 2022.
Este hecho dio origen a una carrera global entre empresas y gobiernos por liderar el desarrollo de la inteligencia artificial generativa. Aunque en apariencia es una competencia empresarial, en la práctica se trata de una disputa geopolítica, liderada principalmente por Estados Unidos y China. Ambos países buscan dominar la tecnología que transformará la economía y la vida diaria.
En los últimos tiempos, otro de los descubrimientos más impactantes lo hicieron unos expertos estadounidenses que visitaron centros de IA en China. Allí constataron que el país asiático había resuelto un problema crítico: el suministro energético.
El gobierno chino ha invertido enormes cantidades de dinero en energías sostenibles, hidroeléctricas avanzadas hasta plantas nucleares de última generación, logrando electricidad barata y estable (tiene la meta de lograr 3,500 GW de capacidad instalada hasta este 2025, solo hasta el 2024 ya había logrado 1,889 GW en energía solar y 521 GW en eólica).
Para las empresas chinas, el costo de energía ya no es un obstáculo, lo que les permite ofrecer productos de IA a precios más bajos que sus competidores estadounidenses. Este factor coloca a China en posición de dominar el mercado internacional de IA cuando lo decida. Mientras China disfruta de energía abundante y barata, Estados Unidos está enfrentando un colapso silencioso en su red eléctrica.
La red PJM, que abastece a 13 Estados (Desde Ohio hasta Carolina del Norte, pasando por Nueva Jersey e Illinois), ya muestra signos de sobrecarga, con alertas constantes. En 2024 la demanda alcanzó máximos históricos y la capacidad no cubrió la necesidad mínima.
El crecimiento de centros de datos para IA exige más energía de la disponible, obligando a las empresas tecnológicas a buscar alternativas privadas como Microsoft que reabrirá una planta nuclear paralizada, Google y Amazon apuestan por reactores nucleares modulares, mientras que Meta firmó contratos de largo plazo y NVIDIA está invirtiendo en el reactor Natrium de Bill Gates.
Meta (Zuckerberg) ha apostado fuerte por la IA generativa. Ha contratado ingenieros estrella de OpenAI, DeepMind y otras compañías, siguiendo la lógica de IA avanzada, los equipos exitosos son pequeños y transferibles. El objetivo de Meta es crear un asistente integral para la vida social y personal, que pueda participar en chats, recordar eventos, sugerir planes, entretener y hasta actuar como un amigo digital.
La carrera por la IA no se trata solo de quién tiene el modelo más potente, sino de qué propósito le dan las empresas y países. OpenAI busca ser asistente de estudio y trabajo, Anthropic precisión en programación, Musk IA para exploración espacial, Google ambición universal y Meta IA para relaciones sociales. Todos buscan redefinir cómo interactuamos con la tecnología y la sociedad.
Cada interacción con IA consume electricidad. La Agencia Internacional de Energía prevé que el consumo de centros de datos se duplicará antes de 2030, superando el consumo de Japón, que en 2024 fue de 940 GW.
El problema no es solo generar energía, sino transportarla y distribuirla. Esto está generando tensiones sociales, los ciudadanos cuestionan por qué deben subvencionar centros de datos con sus facturas. En China, en cambio, el suministro energético ya no representa un obstáculo, sino refuerza su liderazgo.
En conclusión, esto plantea un dilema, cómo mantener el liderazgo tecnológico sin suficiente energía. La carrera por la IA ya no depende solo del mejor modelo o talento, el factor decisivo es la energía.
Sin energía suficiente, no hay centros de datos; sin centros de datos, no hay IA. China parece haber resuelto este problema, mientras EE.UU. lucha con limitaciones estructurales. Así, la ventaja competitiva de China no es solo tecnológica, sino estratégica, controlar la energía para controlar el futuro de la inteligencia artificial y del mundo.
*Ingeniero de Minas. Ex Ministro de Energía y Minas del Perú
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