






Hay cosas en este mundo que tienen la característica de ser incomprensibles en circunstancias especiales y son normales en otras; vivimos hoy, como civilización, una crisis de sobre información que hace difícil ubicar la veracidad de lo que se lee, se ve o se oye en los medios tradicionales y, peor aún, en las redes sociales; un entramado de intereses muy grande genera información de todo tipo que, obviamente, busca alinear a los usuarios a esos intereses.
El clima político global, después de los cambios de timonel en Estados Unidos, en algunos países de Europa y Asia, y también en América Latina, se ha enrarecido al extremo, el juego de intereses es de escala tan grande que los cambios son incomprensibles. No otra cosa significa que las grandes potencias mundiales adopten ahora una tendencia a desarrollar frenéticamente sus recursos minerales, después de décadas de evangelizar a los países emergentes sobre la transición energética, los ecosistemas, la tecnología verde de vanguardia y el reciclaje de metales y aleaciones para suministrar la materia prima para los gadgets de la tecnología actual.
Todo esto parece tener el objetivo de frenar el avance de China, que es el país con mayor desarrollo y dominio del suministro de estos materiales y las mayores reservas de lo que hoy llamamos metales críticos, sobre los que escribí en anteriores columnas.
Estados Unidos, por ejemplo, que es todavía el líder en economía y en tecnología, con su nuevo presidente Donald Trump está dando un viraje de 360° al emitir una orden ejecutiva que activa la Ley de Producción de Defensa para facilitar financiamiento, préstamos y otros tipos de apoyo a la inversión, para la producción en el país de minerales críticos y tierras raras. La Corporación Financiera Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (USIFDC), en colaboración con el Departamento de Defensa, financiarán los nuevos proyectos de producción mineral (según publicaciones en internet que citan archivos de la Casa Blanca).
En el caso específico del cobre, Estados Unidos es el cuarto productor global con un nivel de producción de 1,2 MMton/año de las minas Morenci y Kennecott (Freeport-McMoRan y Río Tinto) y de otras menores como Sierrita y Bagdad.
Arizona y Utah son los estados productores principales y Freeport, la empresa más importante. Así las cosas, se planifica un plan estratégico para desarrollar el potencial del país en la cuna del liberalismo y de las tecnologías de avanzada, y se incursiona nuevamente en políticas extractivas para revertir la arremetida global de China.
En el caso del litio, que durante años fue la estrella de los commodities, con los últimos descubrimientos del metal en rocas volcánicas y arcillas en Norteamérica se añadieron nuevas fuentes de litio que entrarán a competir con las tradicionales. Este tipo de yacimientos de litio tiene una característica especial, que es el tamaño de las zonas mineralizadas, que permite planificar clúster de estas ocurrencias que añaden competitividad cuando de niveles de producción y costos operativos se trata.
Se comentan actualmente los megaproyectos Thacker Pass, Jadar, Manono Kitolo y Greenbushes en Norteamérica, Serbia, África y Australia, respectivamente, que están en la mira de las empresas más grandes del rubro y que serán una dura competencia para nuestro
Se comenta todo, hasta la fragilidad del mercado del metal que ya sufrió un bajón importante, hasta el tema de sustitutos del litio en baterías para autos eléctricos que algunos dan por concretado. Hay que obrar con cuidado, la geopolítica de los países productores definirá el futuro en cada caso, la actitud en el corto y mediano plazo es súper importante; la lentitud puede llevar a la pérdida de la coyuntura favorable de esta industria, como está por ocurrir con nuestro proyecto estrella.
*Ingeniero geólogo, exministro de Minería y Metalurgia.









