(Exclusivo) Sabrina Pont: Crónicas mineras desde el techo del mundo (Primera Parte)
MINERÍA02/03/2025 SABRINA PONT / CLUBminero
Bitácora de un viaje por la Puna salteña:
La ruta que no llega al futuro de la minería
SABRINA PONT
La Cámara de Proveedores de Turismo y Minería de la Puna organizó por primera vez una visita de periodistas de medios nacionales para mostrar, de primera mano, los desafíos que enfrenta la minería en Salta. Y el rol clave de los proveedores locales, en un territorio que exige más que solo recursos: demanda, infraestructura, planificación y capacidad de adaptación constante. Pero el viaje nos dejó a los cronistas algunas vivencias, in situ, que vale la pena contar.
Antes que nada: Hace 30 años, la minería a gran escala en la Argentina comenzó a abrirse camino con la promesa de desarrollo. Y si bien no se expandió al ritmo esperado en términos de nuevos proyectos, sí es posible dar cuenta de su evolución en algo fundamental: los proveedores, un sector que creció más que la minería misma.
Y que se profesionalizó, capacitó y hoy, según la Cámara de Proveedores de Empresas Mineras de Salta (CAPEMISA), es el principal generador de empleo dentro de la industria. Lo que antes era territorio exclusivo de grandes operadoras extranjeras con su propia cadena de abastecimiento, hoy tiene un entramado de pymes y emprendimientos que sostienen la actividad en el país.
Tanto es así, que crearon distintas entidades que los agrupan, muy específicas, para trabajar sobre sus desafíos y generar más desarrollo: la que organizó este viaje fue la Cámara de proveedores de servicios mineros y turísticos de la Puna Argentina (CAPROSEMITP), con un objetivo claro: que un grupo de periodistas de medios nacionales pudiera conocer de primera mano los desafíos que enfrenta la minería en la provincia y el rol clave de los proveedores locales.
Es la primera vez que se realiza una iniciativa de este tipo, donde la actividad minera no solo se muestra desde los proyectos y las inversiones, sino desde la realidad de quienes sostienen su funcionamiento día a día, en un territorio que exige más que solo recursos: demanda infraestructura, planificación y capacidad de adaptación constante.
En el Noroeste argentino, la Ruta Nacional 51 es el principal corredor que conecta la Puna con la ciudad de Salta y con Chile y los puertos trasandinos. Por allí pasan camiones, insumos, trabajadores. También pasan las expectativas de crecimiento. Hasta que la montaña impone sus propias reglas. Y lo que en principio fue un imprevisto en el cronograma del viaje, pasó a ser un hecho central del recorrido.
LA RUTA 51, SIEMPRE VIVA
El cielo había estado despejado todo el día. Viajamos en minibus desde Salta hasta San Antonio de los Cobres. En el camino, el viejo Ramal C-14 del Belgrano se recorta contra el cielo. Puro hierro, Abandonado pero firme. El tren no funciona hace décadas, es imposible no sacar fotos. Más adelante, la mítica Ruta 51, ripio suelto y pavimentación intermitente. Como siempre, muy de a poco va, esto dice nuestro guía. Chile asfaltó hasta la frontera. Del lado argentino, la montaña sigue decidiendo quién pasa y quién no.
San Antonio de los Cobres. Crédito fotográfico: Nicolás Carvalho Ochoa @carvalho_ochoa_fotografo
Luego de visitar el Museo de San Antonio de los Cobres, donde una sala está dedicada exclusivamente a la Minería, desde las primeras explotaciones de ónix hasta hoy, con muestras de salmuera y litio con la etiqueta de Ganfeng Lithium. Trepamos al Tren a las Nubes, ícono del turismo en la provincia, hoy con un recorrido reducido que limita la experiencia.
Liderados por Luis Vacazur, fundador de la Cámara anfitriona e impulsor de este viaje, nos siguen sorprendiendo los proveedores puneños. Ahora con una bienvenida especial: El ritual de la Pachamama, amenizado por niños copleros, y la presencia del "Carnaval Más Alto del Mundo", una celebración que sintetiza el orgullo y la identidad de los que sostienen la actividad minera en la región.
De regreso, el clima cambia en minutos. Apenas entrada la noche, llueve abajo, en las faldas de los cerros, y vuelve a derrotar a la carretera. Faltan 35 kilómetros para Campo Quijano cuando el convoy de camionetas tiene que cambiar de planes. Enfrente, un alud de barro y piedras bloquea el camino. No hay otra opción: o se despeja la ruta o el viaje termina allí.
La Ruta Nacional 51, a pocos kilómetros de Campo Quijano, interrumpida por un alud de barro por lluvias. Fotos: Nicolás Carvalho Ochoa @carvalho_ochoa_fotografo
Vacazur, quien además comanda la firma GVH Logística Minera, llama a Vialidad Nacional. Mientras los adultos evalúan los pasos a seguir, Joel, de 11 años, observador del río de barro que corre sobre el asfalto, "nos hace una entrevista: “¿Por qué quieren pasar al otro lado? , pregunta con instinto de periodista.
Alguien de los anfitriones le explica que la minería salteña depende de esa ruta. "Sin camino, no hay desarrollo".
Joel espera a Vialidad y juega a ser periodista. (Foto Sabrina Pont)
En el Oeste argentino la luz es casi chilena. A las 20.15 hay luz diurna del verano y llega la primera pala cargadora de Vialidad Nacional. Hay aplausos de nosotros "los porteños". Una sola máquina para despejar toneladas de piedra y lodo. La lluvia continua y repone el lodazal. Cada metro ganado era un metro que podía volver a perderse. Las horas pasan. A las 22, la limpieza avanza lento y la lluvia no cede. Desde San Antonio de los Cobres, envian suministros básicos: café, galletitas para repartir entre los varados. Los proveedores mineros anfitriones reestructuran el plan de salida.
Son cuatro los cortes por desprendimientos y ríos de barro, en dos pudimos avanzar, gracias a los vehículos y la ductilidad de los conductores diestros en logísticas mineras. Ellos son los que mejor conocen la ruta, los que saben cómo anticiparse a las complicaciones y resolverlas en tiempo récord.
Ya en el último corte, quizás el más complejo, el tiempo es otro. Los motores están apagados, las luces de las camionetas iluminan el barrizal, las linternas pasean en en la oscuridad. “La Nación no nos manda plata ni para la nafta”, nos dijo horas antes uno de los operarios con 18 años en Vialidad Nacional. Es la queja: sin combustible, sin máquinas suficientes, sin planificación a largo plazo.
A las 00:45, tras seis horas de trabajo, el camino se despeja lo suficiente para volver a avanzar. Los motores de las 4x4 rugen de nuevo. Hay un trabajo incansable de los operarios viales y de este lado la experiencia de la empresa de logística minera que conoce la ruta y sus inclemencias estivales. Finalmente nuestra comitiva minera, aunque con demoras, retoma su rumbo.
Las máquinas de Vialidad Nacional trabajando contrareloj para despejar los cuatro cortes en la Ruta Nacional 51 entre San Antonio de los Cobres y Campo Quijano, producidos por barro y rocas arrastradas por las lluvias, mientras los vehículos varados esperan. (Foto: Nicolás Carvalho Ochoa @carvalho_ochoa_fotografo)
“El éxito de Salta para mostrarse como destino minero se debe a la licencia social, al esfuerzo de los trabajadores y proveedores que no quieren seguir siendo invisibles”, dice Vacazur, quien a la cabeza de todo el rescate, más que nada su experiencia le permitió agilizar los tiempos de espera comunicándose directamente con los operarios de Vialidad.
“No cortamos rutas, no somos patagónicos”, dice en alusión a los conflictos gremiales soportó la minería en Santa Cruz. “Aquí las empresas mineras no mantienen tiranteces con las comunidades originarias. Si no sabemos de ingeniería, que vengan y nos enseñen. Queremos aprender y ser parte del desarrollo”, dice Vacazur que, el veterano socio fundador de la cámara anfitriona, un referente para los emprendedores puneños.
Luis Vacazur, de chaleco amarillo, junto a parte de su equipo de GHV Logística Minera: los conductores Luis Alberto y Lázaro, y la enfermera Noelia Sandoval, que acompañaron al grupo durante toda la travesía. (Foto: Nicolás Carvalho Ochoa @carvalho_ochoa_fotografo)
No sólo es cuestión de infraestructura. El crecimiento del sector proveedor no se da sólamente con rutas y caminos, sino también con herramientas para desarrollarse en un mercado cada vez más exigente. “Tenemos que aprender todo. Y no es fácil por el contexto, en una comunidad olvidada que ahora, por la minería, está en los ojos de todos”, reflexiona Gabriela Miranda, la actual presidenta de la Cámara de Proveedores de la Puna “El aprendizaje es todo. La Cámara capacita a emprendedores desde la formación fiscal hasta cómo vestirse para vender un servicio”, dice.
Al fin, el pequeño Joel había hecho la pregunta correcta sobre lo que no se ve ni se cuenta. Si la 51 no se hubiera despejado, no habríamos podido visitar dos días después al proyecto de cobre Taca Taca, ni al Salar del Rincón, donde Río Tinto avanza con su planta piloto, ni Arizaro, en Tolar Grande, donde los nuevos proyectos comienzan a delinearse.
“Se contemplan estos imprevistos viales y contamos con Vialidad, pero también están previstos los gastos extras que esto pueda generar y la seguridad de los operarios”, subraya Germán Pérez, gerente financiero de First Quantum, la operadora de Taca Taca. “Cuando se inicie la construcción de la mina habrá unos 4.000 trabajadores. La logística y el transporte serán desafíos enormes”. Sobre esta parte del viaje, dedicaremos la segunda entrega de esta bitácora.
Si el camino no está, la minería no ocurre. Las inversiones mineras dependen de otras tantas variables: estabilidad regulatoria, confianza, financiamiento. Pero también de algo tan concreto como los que vivimos un puñado de cronistas: la infraestructura. Los anuncios pueden entusiasmar y los números proyectados pueden marcar tendencias, pero en el terreno, la realidad se mide en caminos transitables, rutas despejadas y tiempos logísticos previsibles. En la Puna, donde la minería crece y los proveedores se multiplican, los detalles imprescindibles no siempre están dentro de los yacimientos. A veces, empiezan mucho antes, en los kms de ripio que separan la actividad del resto del mundo.
