ENERGÍA Tiempo de San Juan / CLUBminero 10 de mayo de 2023

Historias bonitas: Juan Arrieta, descubridor en Josemaría

EL GERENTE DE EXPLORACIONES DEL GRAN PROYECTO DE SAN JUAN REPASA SUS VIVENCIAS

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Tiempo de San Juan / Mariam Walter

Josemaría cumple 20 años explorando en el megaproyecto minero ubicado en Iglesia. La historia de su "geólogo estrella", que acompañó casi todo el proceso de búsqueda de mineral y de hallazgos.

A cientos de metros de altura, en plena cordillera, se pasa meses caminando varios kilómetros. Se para, observa, toma nota, observa de nuevo. Esa roca le parece que sí, que tiene potencial, esos colores le dicen que puede ser. En su cabeza empieza a juntar las pistas, como un sabueso, huele que allí hay que excavar y marca el lugar exacto donde, a una profundidad de 600 metros o más, se podrá dar inicio a un megaproyecto minero. Esa misión tiene Juan Arrieta, el sanjuanino que es gerente de Exploraciones del proyecto Josemaría. Acompañó, en este yacimiento ubicado en Iglesia, casi toda la exploración que ahora cumple 20 años.

"Muchas veces te parás y mirás alrededor y decís 'mucha gente paga para esto y a mí me pagan por estar acá'. Los geólogos no lo vemos como trabajo sino como una excursión de toda la vida", reflexiona el profesional, sobre su rol trascendental dentro de la mina que promete ser una de las más grandes de San Juan. Arrieta es como una especie de decano de la exploración minera, con una expertise que pocos en el país superan en su metier: buscar dónde perforar para poder confirmar si hay mineral para que las empresas exploten.

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Juan Arrieta es sanjuanino y estudió en la UNSJ. Trabajaba de noche y estudiaba de día, incluso le dedicaba a su formación muchas horas más, porque era sereno y su patrón le permitía llevar los libros en su turno y preparar materias. "Me recibí en el 2000. Fue muy complicado empezar a trabajar, fue en la época de De la Rúa y estuve 4 años sin poder ejercer, porque me recibí y no encontraba trabajo. Ahora los geólogos tienen trabajo antes de recibirse y otros no terminan la carrera porque trabajan", recuerda. Cuando obtuvo su título de licenciado en Ciencias Geológicas, Juan ya estaba casado y tenía un hijo de 4 años.

La carrera de Geología, cuenta, si bien es tradicional en San Juan, en los '90 cuando él inició sus estudios, no era de las más conocidas "La gente la relacionaba con los dinosaurios y rocas preciosas, y recién desde 2004 creció mucho con la minería y en 2011 cobró más auge con la exploración, que hay mucha en San Juan".

Juan cuenta que siempre tuvo mucha afinidad con la naturaleza, amaba ir al campo, ver documentales y saber todo sobre ciencias naturales. Se proponía estudiar Biología pero la carrera estaba en Córdoba, de manera que empezó Geología y la terminó con mucho esfuerzo porque es padre desde muy jovencito. "No me arrepentí nunca de estudiar Geología", resume. 

En sus inicios, con título en mano, Juan obtuvo su primer trabajo gracias a un ex profesor de la UNSJ que se lo llevó a Malargüe, en Mendoza. Luego se convirtió en un hombre de oro -mejor dicho de cobre- para la empresa Lundin, la canadiense que maneja Josemaría.

Desde octubre de 2004, es decir hace 19 años, Arrieta es testigo de este proceso de exploración que se lleva adelante en la cordillera iglesiana. En el equipo, a lo largo del tiempo fueron cambiando de profesionales. Al principio eran 5 ó 6 geólogos sanjuaninos y ahora es el único que queda de aquella época. Empezó como geólogo junior, en 2008 ascendió a geólogo de proyecto y ahora es gerente de exploraciones. Dirige un equipo de ocho geólogos junior, dos senior y dos de proyectos. 

"La exploración es muy cambiante, a veces somos dos o tres. El año pasado Josemaría necesitó gente y contrató a 12 sanjuaninos", explica. En su grupo están Pablo Rascón, Pablo Jofré, Hernán Camisay, Iván González, Jésica Omar, Yanina Ejarque, Klauss Schroeder, José Gambina, Anabella Lupari, Andrea Manrique, Celeste Camino y Marcela Oviedo.

Piernas y ojos
Ser geólogo hoy es distinto comparado con hace 19 años atrás, comenta. La tarea de Juan se inicia yendo al campo para hacer un reconocimiento, caminando sobre zonas de interés, que se ubican previamente por imágenes digitales. "Deben recopilarse varios datos para llegar a hacer la perforación. Luego tenés que convencer, le haces una propuesta al director y ellos van a buscar a los inversores", enumera lo que hace un geólogo en un proyecto minero. Se calcula que por cada metro de perforación se necesitan mil dólares. Y toda la inversión se da bajo un alto riesgo de encontrar nada. Solo el 1% termina hallando algo, señala.

"Mis herramientas de trabajo son mis piernas y mis ojos", confiesa Arrieta. Y parece que sus previsiones son muy atinadas. "En la facultad y la empresa te enseñan, que podés ver colores, los minerales en conjunto, y nos basamos en eso, junto con los datos que nos vienen en forma digital, como imágenes satelitales y estudios de profundidad físicos, también nos basamos en comparaciones. En el campo vemos líneas, hay que mirar detalles", cuenta. Esta minuciosa tarea puede demorar unos 7 meses, mientras se envían muestras al laboratorio.

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En todo este tiempo trabajando para Lundin, Juan estima que habrá hecho alrededor de 100 propuestas de perforaciones, no solo en Josemaría sino también en Filo del Sol y en la mina chilena Los Helados. "Primero vas al campo según la imagen satelital que tenés, lo recorrés, tomas muchas notas, muchas muestras y defendés un lugar que creés que tiene un potencial abajo. Se arma un reporte, y luego viene convencer y organizar la campaña de perforación", detalla.

La aprobación de una perforación se demora unos 4 o 5 meses. Se han hecho pozos de hasta 1.300 metros de profundidad y el promedio es de 600 metros. "Tenemos un gran porcentaje de acierto, a medida que vas perforando ves si te va yendo bien", observa.

Juan y su equipo siguen explorando alrededor de Josemaría. La meta es continuar abasteciendo a la primera mina y que crezca. "Estamos programando campaña de septiembre de 2023 a marzo de 2024. Teniendo una planta cerca es más conveniente ampliar", cuenta sobre el yacimiento de cobre, oro y plata. Ahora están buscando minerales en las zonas de Potro Cleaff y Portones.

El "geólogo estrella" de Josemaría ahora tiene 50 años de edad. "Yo me formé en esta empresa. Hay tres trabajadores más que son antiguos como yo, en Legales y Administración, pero yo soy el único geólogo. Simplemente soy un sobreviviente que me adapté a los cambios", analiza.

El profesional cuenta que está formado no solo como geólogo sino también en el manejo de personal, y que el grupo que dirige cuenta con profesionales que son jóvenes en su mayoría, con edades entre 28 y 32 años, y que hay más mujeres que hombres en el team.

Durante 18 años, Juan trabajó en régimen 14 días por 14, hasta que el año pasado empezó a ir una semana cada mes. Cuando "baja", normalmente trabaja de lunes a viernes en la muestrera ubicada en la ciudad, en Ruta 40 pasando Centenario. Los miembros de su equipo están una parte 14 y 14 y, otra parte, en la ciudad con tareas de lunes a viernes. Arriba se quedan 8 geólogos. "Yo cuando voy al campo me muestran los lugares. Superviso los datos que ellos traen y luego entre todos hacemos propuestas", cuenta sobre su rol actual.

"Siendo geólogo en la montaña no se siente el sufrimiento, para el que lo tiene como estilo de vida no pesa el cansancio o el frío", asegura. Para él, "el momento más satisfactorio es cuando llegan los resultados del laboratorio y dice que hay mineral. Es colmo un gol de Argentina, porque pusiste meses de trabajo y la empresa invirtió. Se comparte la alegría en equipo", explica.

Este año no perforaron todavía pero esperan empezar en el segundo semestre. Cuando elaboren la propuesta podrán saber cuántas perforaciones hacer. Planean cubrir unos 10.000 metros distribuidos en diferentes pozos.

En estos 19 años nunca sufrió un accidente. "Si tenés cuidados suficientes no pasa nada. El trabajo es en la montaña y trabajo de gabinete, caminando y conduciendo y aprendemos a manejar riesgos desde la facultad", afirma.

En la montaña además de la belleza a veces hay hostilidad. Como anécdota, Juan cuenta que "una vez se nos rompió la camioneta, en agosto de 2016, cuando estábamos revisando los caminos de Josemaría. Se nos quedó atascada en un banco de nieve y me había olvidado de llevar el teléfono satelital. Éamos 4 personas, estábamos parando en una estancia de La Rioja y sólo nos quedaba caminar hacia esa casa pero eran 70 kilómetro y no estábamos preparados con calzados adecuados. Yo iba con un ayudante, el dueño de la estancia y su hijo. Caminamos hasta la 1 de la mañana del día siguiente y paramos a descansar, me sirvió ver en un dcumental que tenés que dormir en un monte y no sobre el suelo helado. En el campo a veces en la noche parece ver alguna luz pero en verdad no aparecía nadie a ayudar. El hijo del dueño siguió caminando y llegó a buscarnos a las 6 de la mañana en otra camioneta. En mi casa no sabían nada y ese dia volvía, por eso mi esposa llegó a llamar a la Policía de Guandacol. Hoy resulta gracioso, porque el técnico caminó desde las 17 a la 1 con un botín roto, caminabamos sobre ampollas, yo tuve una tendinitis. Hoy paso por el lugar siempre y digo 'ahi dormí'".

Para Juan, la Geologia es una carrera que tiene gran futuro, "no solo para el cobre sino también para la búsqueda del litio". De sus dos hijos, uno le salió periodista y otro quiere ser médico, ninguno siguió sus pasos, pero los dos se criaron escuchando a su padre decir que la naturaleza es libertad y disfrute.

"Quisiera agradecer y reconocer a muchos compañeros y ex compañeros que formamos parte de este proyecto: el geólogo Max La Motte, que fue mi profesor de Geología dentro de la empresa; la licenciada Mary Carrizo, quien con sus consejos y experiencia nos aconsejaba y guiaba; Marcela Ávila y José Martos que están desde antes de mi llegada; Ricardo Martínez, mi primer gran jefe, y a Alfredo Vitaller, actual VP de Asuntos Corporativos de Josemaría, por bancarme siempre. Y también a Martin Rode y Jorge Achem", concluye Juan.

Dos décadas de Josemaría explorando
Juan Arrieta participó de casi todo el proceso de exploración que Lundin Mining celebra al cumplir 20 años desde la primera campaña. "En abril de 2003 se cerraba la primera campaña de exploración en el extremo Norte de San Juan. No arrojó resultados alentadores, pero sí dejó una pista clave que luego siguió el equipo de geólogos a cargo. Optimistas por naturaleza y resilientes, siguieron su instinto decidido que los llevó a descubrir el sistema de pórfidosque hoy conocemos como nuestro proyecto Josemaría. Hoy, a 20 años de aquel hallazgo, sentimos un profundo deseo de poner en valor nuestros orígenes, porque nos conectan con nuestros sueños y nos proyectan hacia un futuro prometedor para nuestra provincia y la Argentina", posteó la compañía.