Ricardo Alonso: El cuarzo lechoso de nuestros ríos
RICARDO ALONSO*
El cuarzo es uno de los minerales más comunes de la naturaleza. Junto a los feldespatos constituyen los minerales más importantes de la corteza terrestre. Y forma parte del reducido número de minerales petrogenéticos, esto es los que son formadores de rocas.
A pesar de su sencillez y gracias a sus propiedades, atravesó las edades y es uno de los sostenes de la civilización moderna. Desde encender el fuego al reloj de cuarzo, desde el modesto vidrio de ventanas o botellas a los sofisticados chips. El cuarzo lechoso o cuarzo común aparece de manera abundante como rodados en los ríos de montaña. Abunda en los ríos del norte argentino que nacen en el borde de la Puna y atraviesan la Cordillera Oriental para alimentar las cuencas del Pilcomayo, Bermejo y Juramento.
Esos ríos que erosionan rocas de varios periodos geológicos, especialmente precámbricas y paleozoicas. Donde yacen rocas ígneas y metamórficas y también rocas marinas lajosas todas portadoras de vetas, vetillas y filones cuarcíferos. Mayormente cuarzo blanco o lechoso. Rara vez con alguna coloración que lo acerca a una amatista (violeta) o un citrino (amarillo). El cuarzo es químicamente un óxido de silicio.
Su peso específico es de 2,65. Tiene un brillo vítreo a ligeramente graso y se rompe en forma irregular o concoidal. Tiene una dureza característica de 7 en la escala de dureza relativa de los minerales de Mohs. Raya a los aceros comunes y al vidrio. El vidrio es también óxido de silicio pero sus átomos no están ordenados y carece de estructura cristalina, o sea es una sustancia amorfa. Como el ópalo, otro de los primos del cuarzo. O las ágatas y calcedonias que son microcristalinas. La familia del cuarzo es enorme. A nivel atómico los átomos de silicio y oxígeno se unen en un armazón tridimensional. Actualmente se clasifica como un tectosilicato, aun cuando químicamente es un óxido.
En la antigua Grecia se pensaba que el cuarzo era hielo petrificado. Especialmente el cuarzo hialino o transparente llamado cristal de roca. La palabra cristal tiene origen en la raíz griega “críos”, en sentido de hielo. De allí derivan criogénico, criósfera, crioscópico, entre otros. El cuarzo llamó la atención del hombre primitivo que lo utilizó para armas, adornos y herramientas. Además le debe haber sorprendido que al golpear dos trozos de cuarzo saltaran chispas. Esas chispas le sirvieron para encender fuego. Con el tiempo esa propiedad se conoció como piezoelectricidad. Y sirvió para crear los relojes de cuarzo. Y otras múltiples aplicaciones como los chips, la electrónica moderna y el emblemático “Silicon Valley” en California.
Toda una cadena de causalidad y casualidad en evolución tecnológica. Desde los cuarzos naturales a los cuarzos cultivados y perfectos, criados en condiciones fisicoquímicas especiales y controladas. Esa propiedad de la piezoelectricidad y también de la piroelectricidad, ambas presentes en el cuarzo, se utilizó desde la piedrita de los encendedores hasta el sonar de los submarinos. Pasando por los inyectores de motores a combustión, guitarras eléctricas, encendido electrónico de calefones y estufas a gas, entre otras muchas aplicaciones. Los cerros del norte argentino, como señalamos, están llenos de vetas y filones de cuarzo.
El cuarzo tiene gran afinidad con el oro y por eso en ciertas regiones de la Puna hay minas de oro en filones de cuarzo. Especialmente en la faja occidental de la Puna jujeña, desde Catua al norte por Olaroz, Lina, Rosario de Coyahuaima, Ajedrez, Rinconada, Santa Catalina, ricas en filones de cuarzo aurífero y en aluviones de oro provenientes de la destrucción de esas rocas.
El cuarzo acompaña también a otros minerales metalíferos. Es muy común que dentro del cuarzo aparezca pirita y la pirita también suele ser portadora de oro. La pirita es sulfuro de hierro y se descompone fácilmente dando óxidos e hidróxidos de hierro, entre ellos hematita y goethita. En general a esos ocres de hierro se los denomina limonitas. Cuando se lavan tiñen de amarillo a las rocas, especialmente la base de los aluviones ricos en oro llamados llampos. Los rodados de cuarzo, desde donde se lavan esos óxidos férricos, quedan llenos de oquedades y se los llama “cuarzos cariados”, en analogía a las muelas cariadas. Lucen similares a muelas blancas con caries.
También se les llama cuarzos cavernosos o podridos. Los mineros de Bolivia le dicen ckorpa. Alguien con suerte puede llegar a encontrar una chispita de oro visible en esos cuarzos. Se mencionaba que un geólogo de la vieja UNSa encontró una chispita en un cuarzo lechoso cariado del río Caldera-Wierna. Personalmente encontré oro en cuarzo en la Puna y en el Valle de la Muerte en California. Es una sensación única e indescriptible. Otra de las curiosidades es la propiedad del cuarzo de presentarse ya sea macizo o formando hermosos cristales que aparecen dotados con todas sus caras cristalinas. Las geodas de amatista, como las de la mina Wanda en Misiones, son un claro ejemplo.
Pero también se forman huecos llamados drusas que tienen crecidos en su interior cristales limpios y transparentes de cuarzo hialino. Los hay terminados en puntas piramidales y también los hay bipiramidales que son muy apreciados. Las puntas de los cristales de cuarzo son muy buscadas como pirámides energéticas en el mundo mágico. Muchos usan colgantes con esos cuarzos bien cristalizados en busca de captar y armonizar energías. El cuarzo es un material muy resistente a la meteorización física y química. Por más que sea atacado no se transforma en otros minerales.
Se mantiene a lo largo de cientos de millones de años y se reduce hasta formar arenas de cuarzo. Las playas del mundo, las dunas de los desiertos y las arenas de los ríos están formadas en gran parte por cuarzo. Cuando las arenas son puras se pueden explotar para la fabricación de vidrio. Las arenas tienen cientos de otros usos en la industria y en la construcción, incluso en temas sofisticados como las arenas para estimulación o fracturamiento hidráulico de hidrocarburos no convencionales. O en filtros para pozos de agua.
El cuarzo tiene la propiedad de cambiar mineralógicamente cuando es sometido a altas presiones o a altas temperaturas. Cuando un rayo cae en una duna las arenas se funden y forman unos tubos de vidrio llamados fulguritas que contiene una fase de óxido de silicio de alta temperatura y baja presión. Al revés, cuando cae un meteorito y aplasta rocas de cuarzo se forma una fase de alta presión de choque a temperatura ambiente. Se forman allí minerales como coesita y stishovita.
Una curiosidad que permite identificar cráteres de impactos meteoríticos son precisamente esos cuarzos chocados o aplastados que muestran una estructura característica en bandas cruzadas llamados PDFs. Esos cuarzos se han convertido en una firma mineralógica a la hora de interpretar antiguos cráteres de impactos. Decíamos que en la Puna hay vetas y filones de cuarzo que atraviesan las rocas y tienen varios metros de espesor y decenas de metros de largo. Incluso forman reventones donde las vetas se ensanchan y dan lugar a topónimos varios como cerro Blanco, cerrito Blanco, morro Blanco, entre otros.
Muchos son estériles en minerales de valor económico, sea ferrosos, no ferrosos o preciosos y otros están acompañados por ricas menas minerales. Los cerros que rodean el Valle de Lerma tienen abundantes vetas de cuarzo pero son estériles en oro; el “cuarzo bastardo” de los mineros.
Cuanto más blanco y lechoso menos posibilidad de tener oro. Los ríos arrastran esos cuarzos como rodados. Siguen siendo un atractivo para mostrarles a los niños como desprenden chispas en la oscuridad al ser golpeados entre ellos. Y pueden utilizarse como una herramienta didáctica para mostrar los efectos de la piezoelectricidad. Recomendable, fácil y sencillo para que las maestras puedan enseñar esas lecciones de ciencias naturales en las escuelas de toda la provincia.
Mostrar cómo el cuarzo, que constituye el 12% de la corteza terrestre, une en un hilo conductor o línea de tiempo desde el hombre primitivo, al fuego, el reloj de cuarzo, hasta llegar al chip de silicio de las computadoras. Y además orientar a los niños y jóvenes a iniciar una colección mineralógica con minerales sencillos y comunes de la provincia que abundan en los cauces de todos nuestros ríos de montaña.
* Doctor en Ciencias Geológicas