Dionisio Garzón: Exploración en Bolivia ¿un boom en ciernes?

#VOCES 11 de julio de 2022 CLUBminero
exploracion bolivia

 


DIONISIO  J. GARZÓN M

El tema de hoy se manejó con más corazón que cerebro desde que en los años 60s comenzó con ayuda de instituciones internacionales la tarea de levantar la carta geológica nacional y el potencial minero del país, trabajo cuyo actor principal fue el Servicio Geológico de Bolivia, GEOBOL con el soporte de instituciones del ramo (COMIBOL, YPFB, Universidades y otras); el intento tuvo éxitos, sobresaltos, interrupciones y re inicios en respuesta a los cambios políticos y a los intereses conexos.

No es mi intención entrar en el detalle de este tema (El lector interesado puede consultar mi libro “De oro, plata y estaño. Ensayos sobre la minería nacional”, Plural Editores 2014 y 2017, La Paz Bolivia), sino mostrar cómo en más de medio siglo de tantas idas y venidas, no hemos podido consolidar un portafolio de largo alcance para el desarrollo de la industria minera del país.

Hoy vivimos un “frenesí” alocado en busca de oro y plata, vedettes del mercado de commodities y de nuestra producción, pese a que Bolivia era potencial de primera línea en ambos metales desde los imperios primigenios y la conquista y explotación colonial respectivamente.

La Corporación minera de Bolivia, COMIBOL, por ejemplo, llegó a controlar en los años 80 más de  600.000 hectáreas (Has.) para explorar la cuenca aurífera de los ríos Madre de Dios, Beni, Madera y sus afluentes, pero por algún extraño designio y el cambio de política económica de ese tiempo, se abrió el área a privados y con el pasar del tiempo se revertió a dominio del Estado las concesiones de la minera estatal  (¡Que tal!) y así llegamos a la situación actual, un aberrante crecimiento de la minería informal, cooperativa y artesanal que ya produce un valor exportable superior a los $US 2.500 millones, sin control técnico, laboral ni de cuidado ambiental.

Con estas idas y venidas no se puede tener un proyecto de exploración sostenible ni sustentable. Habíamos vivido un “boom” de exploraciones en los años 90 que significó el descubrimiento de nuevas minas, algunas de clase mundial, que cambiaron la capacidad productiva del país en los primeros años de nuevo siglo, San Cristóbal, San Bartolomé, San Vicente, Don Mario, Khory Chaca y otras, se sumaron a Khory Khollo la única mina de oro a cielo abierto que tenía el país en los años 80.

La consolidación del Estado Plurinacional en 2006 supuso un vacío de actividad exploratoria hasta la definición de la nueva legislación en 2014, cuando se dieron algunos atisbos de reactivación por empresas con intereses en el país y de algunos grupos asiáticos, especialmente chinos[i]. La declinación del Súper ciclo de Commodities en 2012 y algunas estatizaciones (v.g. Mallku Khota en 2012, Amayapampa en 2013), tuvieron un efecto negativo y los proyectos se tamizaron en aquellos de mayor soporte económico y en inversiones especulativas que migraron al sector minero aurífero informal.

Pese a todo, hubo actividad exploratoria de muy bajo perfil en el contexto empresarial: el proyecto óxidos de Minera San Cristóbal con una inversión de $US 300 millones; un proyecto similar de Minera Paititi en el área del Precámbrico para ampliar la vida útil de su mina Don Mario; New Pacific Metals Corp., con su subsidiaria en Bolivia Minera Alcira S.A., operando tres áreas en el Altiplano y Cordillera Occidental: Silver Sand, Silver Strike y Carangas en los departamentos de Potosí, La Paz y Oruro, con resultados más que interesantes; Minera Manquiri en proyectos de metales base y residuos minerales en superficie  (Asiento, Tatasi-Portugalete) y en áreas nuevas (Cachi Laguna); el grupo Glencore que transfirió sus activos a Santa Cruz Silver Mining; Andean Precious Metals que controla el proyecto aurífero San Pablo en el Cinturón de oro orogénico del departamento de Potosí; Mantaro Precious Metals con su proyecto Golden Hill, en el cinturón Precámbrico de esquistos verdes al sur de la mina de oro Puquio Norte explotada hasta los años 90, etc. T

Todo muestra reactivación de la exploración, apalancada por las condiciones del mercado de commodities y los descubrimientos en curso, que soportan la idea de un nuevo “boom” exploratorio en ciernes.

Ingeniero geólogo, ex Ministro de Minería y Metalurgia de Bolivia
 
[i] D. Agramont y Bonifaz G. 2018, El desembarco Chino en América Latina y su manifestación en Bolivia. Plural Editores, La Paz, Bolivia. Friedrich Ebert Stiftung (FES), La Paz Bolivia.

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