Tolar Grande, un pueblo de otro planeta

Viajar a Tolar Grande es inmiscuirse en un paisaje marciano. Lo mejor son los últimos tramos del tra-yecto de 380 kilómetros desde la capital salteña. Comenzar a descubrir el camino pasando San Antonio de los Cobres se vuelve aventura.El Salar de Pocitos invita a mirar el horizonte blanco y su plenitud. Luego hay que atravesar el laberinto geológico que forman los cerros re-dondeados de Los Colorados.De inmediato sorprende la tierra colorada y el cielo de un azul cian inconfundible.

Allí está Siete Curvas, un mirador que hace delirar a los fotógrafos y que varía la intensidad de los colores según la posición del sol. Lo último es superar los intersticios de la in-mensidad del cerro Macón y llegar al salar donde está Tolar Grande, que ofrece sus panorámicas con la Cordillera Real de los Andes como telón de fondo. Antes están los "ojos de mar", lagos profundos de aguas turquesa que se abren en la plenitud del salar de Arizaro. Son más de siete horas en vehículo, pero llegar al pueblo de algo más de 200 personas, entre ellos muchos que desarrollan turismo alterna-tivo, es emocionante.

El viaje es largo, pero vale mucho más.
El intendente Sergio Villanueva desarrolla un trabajo en conjunto con el Ministerio de Cultura y Turismo para apoyar a los pobladores. La idea es capacitar y brindar ayuda económica para que, los que se decidan a incursionar en turismo puedan trabajar desde otra visión de lo que es el negocio. "Una cosa es el turismo convencional y otra es lo queremos hacer nosotros", aclaró Villanueva.

Existen comedores y casa de familias que brindan alojamiento a los visitantes con la posibilidad de compartir las tareas y la vida cotidiana, ideal para los que quieren estar, conversar y participar en la elaboración de comidas típicas de la Puna salteña.

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Cabe incluir en las excursiones el Túnel del Hombre Muerto, de 180 m de longitud, compuesto de cuatro bóvedas y un puente. En su interior se encuentran estalactitas y columnas de sal de distintos tamaños. La Cueva del Oso y Arenales en cuyo trayecto se experimenta la sensación de estar en otro planeta por lo árido y desértico del suelo.

El último circuito es la caminata hasta El Mirador, desde donde se puede ver el Salar de Arizaro y todos los volcanes que lo rodean: Llullaillaco, Socompa, Arizaro, Aracar, Guanaquero y Macón.

Para tener en cuenta
El clima árido de alta montaña presenta temperaturas medias mensuales menores a los 0ºC debido a la altura, ya que la temperatura desciende a razón de 1ºC cada 180 metros de ascenso. La temperatura media anual es de 8ºC a 12ºC, con máximas absolutas de aproximadamente 31ºC y mínimas absolutas de -18ºC.

La circunstancia de estar ubicada a más de 3.400 metros de altura y cercada por el este y por el oeste por montañas altas modifican profundamente el clima que teóricamente debería tener.

Es una región muy ventosa, con vientos del norte y oeste. Cómo no mencionar aquí la famosa obra de Juan Carlos Dávalos "El viento blanco", relato que pinta con claridad la mayor inclemencia climática de la zona. La altura es responsable de una muy baja presión atmosférica y disminución del oxígeno en el aire, un 40 % menos que en el nivel del mar.

Lo que viene
Para el tercer sábado del próximo mes de noviembre está programado el ascenso al cerro sagrado Macón (a 5.500 msnm), en cuya cima hay una apacheta incaica donde realizan ofrendas a la Pachamama. Lo ideal para el ascenso es ir unos días antes a Tolar Grande para ambientase a las condiciones de montaña.

Llegar a Tolar Grande son más de siete horas en vehículo, pero introducirse en ese pueblo auténtico de algo más de 200 personas, entre ellos muchos que desarrollan turismo alternativo, es emocionante. El viaje es largo, pero vale mucho más.

Youtube Intendente Sergio Villanueva: Tolar Grande y la minería