Guillermo Pensado: Mendoza, tierra de oportunidades sin una meta
REFLEXIONES AGUDAS DEL CONOCIDO GEOLÓGO
#VOCES13 de septiembre de 2022 Los Andes / CLUBminero
GUILLERMO PENSADO
Mendoza es una tierra de tal riqueza, tanto natural, humana, científica como institucional; que podría convertirla en un modelo de desarrollo social, económico y ambiental integrado para el país y el mundo, solo falta un plan. Sus oasis agrícolas, con las mejores frutas y vinos del país; su pueblo trabajador, que convirtió el desierto en tierra de oportunidades; sus recursos naturales minerales e hidrocarburíferos que alimentan las industrias nacionales; sus universidades y centros de investigación, con profesionales reconocidos por su excelencia académica; y un marco institucional respetado por su gente; representan las potencialidades intrínsecas básicas y primordiales que se requieren para cualquier desarrollo social y económico.
Estos factores intrínsecos no generan valor agregado por sí mismo, sino que son necesarios para ser transformados en vectores de crecimiento en pos de una meta definida. Siendo que ese crecimiento precisa de un plan estratégico con apoyo científico-técnico, junto a prácticas económicas, industriales y sociales responsables con cuidado del ambiente. Y claramente precisa de una meta, como ser generar productos o servicios competitivos para la industria local, pero con nivel internacional para poder exportarlos. Entendiendo el importante efecto que este sector económico genera en el desarrollo humano regional.
Esa transformación de factores intrínsecos en vectores de crecimiento debe ser integral, evitando visiones fragmentarias o sectoriales. Los corporativismos sectoriales terminan afectando la competitividad, que en algunos casos incluso afecta al sector “elegido”. Los efectos positivos iniciales o temporales ventajosos para ese sector muchas veces no pueden mantenerse en el tiempo porque no puede adaptarse a nuevas condiciones de mercado, porque la falta de un crecimiento general limita el crecimiento sectorial por falta de infraestructura necesaria para sacar sus productos, o por falta del apoyo Estatal que se ve limitado por urgencias coyunturales, por ejemplo. El modelo enfocado en un sector termina finalmente fracasando, y con ellos se ve limitado o disminuido el desarrollo humano.
El punto de partida sobre la visión de desarrollo integrado debe basarse ante todo en un objetivo o meta común que movilice el interés general de todos los ciudadanos. Pueden ser metas sociales (minimizar la pobreza y suprimir la indigencia, abolir el trabajo infantil y precario, aumentar la generación de empleo privado en blanco, u otros), o económicas (como aumentar el producto bruto interno per cápita, aumentar la producción y las exportaciones, mejorar las capacidades de financiamiento, mejorar la infraestructura para mejorar las oportunidades de negocios), e incluso ambientales (mejorar el uso responsable del agua, instalar y modernizar los sistemas de redes cloacales, invertir en energías limpias, entre otros).
Como ejemplo de meta podemos considerar alcanzar un determinado volumen de producto bruto geográfico per cápita (PBG/PC), o sea, aumentar la cantidad de producción de todo tipo generada en la provincia por habitante. En las últimas décadas, este valor viene cayendo paulatinamente en relación con el promedio nacional, indicando que producimos menos por habitante que el promedio nacional. Como resultado hay menos recursos para pagar salarios, invertir en salud o educación, mantener y construir infraestructura de base, entre otros ejemplos. Según un informe del IERAL, PBG/PC para 2021 se ubicó en US$6300 (economiademendoza.com), muy por debajo de los US$10,730 que informa el Banco Mundial (BM) para Argentina para ese mismo año (datos.bancomundial.org).
Claro que la producción per cápita no implica directamente mejores condiciones sociales, ya que eso se debe en parte a las políticas públicas de desarrollo humano. Pero es evidente que no se puede repartir lo que no se tiene, y a mayor producción mayores chances de generar mejores políticas sociales, e incluso ambientales. Mendoza debe recuperar el camino del crecimiento sostenido de su producción para, primero recuperar lo perdido a nivel nacional, y después aspirar a alcanzar niveles superiores que le permita alcanzar mayor desarrollo humano. Un ejemplo de meta alcanzable podría ser alcanzar los niveles productivos chilenos o uruguayos. El BM reporta para 2021 un PBI/PC de US$16,500 para Chile y US$17,000 para Uruguay.
Metas como el aumento del PBG/PC pueden proyectarse si se cuenta con factores endógenos, o recursos propios, que servirán a través de estrategias y políticas públicas y privadas, motorizar un desarrollo competitivo con sostenibilidad a largo plazo. Y como ya dijimos, Mendoza cuenta con esos factores básicos necesarios. Para crecer en forma sostenida, debe enfatizarse en el desarrollo del conocimiento con apoyo científico-técnico, y en prácticas industriales y sociales responsables en el cuidado del ambiente. Es clave la visión tripartita de una relación estratégica entre Estado, Comunidad e Industria. La sinergia entre las partes permitirá desarrollar estrategias y políticas públicas de desarrollo económico y humano que potencien las capacidades intrínsecas que motorizarán el sistema económico regional.
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