Gualcamayo segura, a cielo abierto y underground

Gualcamayo mostró a CLUBminero cómo protege a su personal de cualquier contingencia en las faenas subterráneas.  Uno por uno, los recursos y auxilios que forman parte del protocolo de seguridad en la mina de oro y plata del AISA Group.

“Canary in a coalmine” (o Canario en una mina de carbón) es el título de una canción que en los ´80 popularizó la mítica banda de rock británico The Police, inspirada en una expresión tradicional inglesa que describe a quien, por su extrema sensibilidad, es el primero en advertir que algo en el aire no está bien. 

La historia viene de mucho antes, en las minas de carbón en la Revolución Industrial, cuando los trabajadores británicos llevaban un canario enjaulado a las profundidades. El estado del ave, sensible a los gases tóxicos, servía como señal de alarma: si se desvanecía, había que salir de inmediato. 

“Esas son cosas del pasado absoluto. Hoy´. para ingresar a la zona subterránea. usamos elementos de protección personal (EPP) adicionales a los habituales”, explica Ariel Alfonso, gerente de Seguridad e Higiene de Mina Gualcamayo.

Auto rescatador minero. La reserva de oxígeno, siempre a mano.

En las galerías de Mina Gualcamayo, donde hubo faenas y hoy se perfora el target Carbonatos Profundos, la seguridad depende de sensores que miden en tiempo real la calidad del aire, sistemas de ventilación permanente y protocolos diseñados para responder a cualquier eventualidad. 

La minería estuvo siempre: lo que cambia es cómo trabaja. Y en ese cómo está la diferencia. El mismo desarrollo que obliga a demandar cada vez más minerales es el que permite trabajar de manera más segura, sin depender de la vida de un pájaro para resguardar la vida humana. 

Esta periodista viajó junto a un grupo de medios a Jáchal, en San Juan, para conocer Carbonatos Profundos, el nuevo proyecto de Minas Argentinas, la operadora hoy , parte del Gupo AISA-, que prevé una inversión de Us$ 665 millones y espera la aprobación para entrar al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI).

Mientras, Gualcamayo,  continúa produciendo entre 50.000 y 55.000 oz/año de oro, a partir de la recuperación secundaria en las pilas de lixiviación, la apuesta de la compañía está en esta futura mina subterránea, que se ubica por debajo del yacimiento existente y también producirá oro pero a partir de sulfuros, en lugar de óxidos, a partir de 2029. 

Gerente Ariel Alfonso: "Nuestro espacio seguro"

“El principal elemento es la máscara de protección respiratoria, que nos protege del polvo y, sobre todo, del sílice. Además, cada trabajador lleva un auto rescatador: es un dispositivo de uso único que contiene sales de potasio y genera oxígeno respirable en caso de incendio o contaminación. Nos da unos 30 minutos para evacuar. Es obligatorio y está estandarizado a nivel mundial: nadie puede entrar a la mina sin él”. 

La detección de emergencias combina herramientas. “Hay detectores móviles que lleva cada persona, y detectores fijos instalados en sectores clave de la mina. Desde la sala de control se monitorea todo: la atmósfera, el movimiento de vehículos y la circulación del personal. Si hay una alerta, se comunica por radio y también a través de un sistema de iluminación estroboscópica que se activa en todas las galerías. Incluso tenemos un mecanismo adicional: a través de la ventilación se libera una sustancia con un olor penetrante, similar a gas o cebolla, que sirve como señal de alarma. Aun con máscara, se percibe”, añade Alfonso.

Periodistas en refugio subterráneo.  Gualcamayo nunca tuvo una contingencia.

En una crisis de oxígeno, el auto rescatador es la última línea de defensa. “Funciona reutilizando parte del oxígeno que queda en la última respiración del usuario. Eso nos da unos 30 minutos de aire para evacuar. Y en casos extremos donde evacuar no es inmediato, se puede recurrir a refugios seguros, explica Alfonso. 

Estos refugios son espacios sellados que permiten a los trabajadores esperar bajo resguardo mientras llega ayuda o cesa el peligro. Están diseñados para mantener aire respirable, estabilidad de temperatura, comunicación y suministro básico, y siempre se ubican cerca de zonas de trabajo. 

Son medidas excepcionales que hoy también forman parte del blindaje de seguridad subterránea. En ese sentido, Alfonso agrega un dato que habla por sí solo: “En 16 años de operación, nunca fue necesario usar un autorrescatador en una emergencia real. Eso demuestra que los sistemas de prevención funcionan y nos da la tranquilidad de que estamos preparados”.

EL MANEJO DEL CIANURO

Hasta aquí, la seguridad se entiende como resguardo individual: máscaras, detectores, refugios. Pero también hay otra dimensión: la seguridad ambiental y la responsabilidad en el uso de insumos químicos críticos, que forman parte central del proceso minero. Por caso, el manejo del cianuro es uno de los puntos más sensibles en la minería de oro.

El Código Internacional de Manejo de Cianuro es una certificación voluntaria que establece protocolos estrictos para el uso de este insumo químico en todo el proceso productivo, desde el transporte hasta la operación en las pilas de lixiviación. El objetivo es garantizar que la sustancia se manipule bajo estándares internacionales que prioricen la seguridad de los trabajadores y de las comunidades cercanas.

En la Argentina solo seis empresas cuentan con esta certificación: cuatro mineras y dos transportistas. Gualcamayo es una de ellas. A diferencia de otras industrias que también utilizan cianuro - como la petroquímica, la farmacéutica o la del plástico- y que no están obligadas a certificar, la compañía tomó la decisión de hacerlo. “Fue una cuestión ética y de seguridad, para sostener protocolos y estándares durante todos los años de operación”, explica Alfonso.

El cianuro es imprescindible en el proceso de producción de oro. Se utiliza para preparar la solución que riega las pilas de lixiviación y que permite separar el mineral de la roca. En palabras de Alfonso: “Sin cianuro no sería posible recuperar el metal. La certificación asegura que el proceso se realice bajo estrictas normas, minimizando los riesgos y garantizando un manejo responsable”.

La seguridad es apenas una de las piezas que definen la operación. El desafío mayor está en sostener proyectos de largo plazo en un contexto de exploración creciente. San Juan busca consolidarse como una de las provincias mineras más importantes del país, con iniciativas para consolidarse como productora de oro, que avanzan en paralelo al interés por el cobre. 

La experiencia de Gualcamayo muestra que la minería bajo la montaña puede desarrollarse con estándares internacionales y abre la puerta a una nueva etapa para la provincia: una minería que, más allá de lo que extrae, se define por el modo en que se hace.

Esta nueva etapa que lleva adelante Minas Argentinas da cuenta de esa mirada moderna: la nueva mina subterránea incorpora una planta de oxidación a presión para procesar sulfuros—una tecnología muy rara en el mundo— y un parque solar de 50 megavatios para abastecer sus operaciones.