








El oleaje bravo mece la cáscara de nuez. Al momento del lanzamiento, alguien murmura algo parecido a un Viva la Patria, hay pena, rezos y temor al contagio. La sábana-sarcófago se suelta y hunde en la mar. El final será noticia mucho después en la Buenos Aires barrosa. En el largo lapsus sin Mariano ya exiliado de todo, habrá quienes lo seguirán puteando o extrañando.
Cómo en la revolución de La Bastilla, esta aventura sudamericana terminará colmada de ganadores y perdedores. Hay un gran país por hacer, más allá en la inmensidad sureña dónde todavía persiste el indio. Moreno pionero es uno de tantos que ha visto en la prensa el poder, la influencia y la perpetuidad.
La historia naciente de América es eso. Cientos de prensas y después linotipos viajeras en carretas, balsas, mulas, trenes. Mientras tengamos tinta y papel, dirá Sarmiento, siempre hay cosas para contar.
La materia gris y el corazón hierven, el soporte es escaso. El papel sin colores se va amarillando de tanto leerlo. Osar por el periodismo es cosa de hombres, como tantas cosas del anaquel de lo público. No se llama así, sino prensa por el rudimento del soporte.
Han pasado dos siglos y hoy, en su capitis deminutio, seguimos hablando de prensa o press en todo el globo. A pesar de que la radio hace un siglo, la TV después y las redes hoy cambiaron todo.
-No quiero prensa.
-Es sin prensa
-Este encuentro es sólo para la prensa.
-Señores periodistas sin ustedes no seríamos nada.
-Tenemos miedo, mucho miedo. dicen colegas de Caracas, Managua, Beijing, Budapest, Moscú y ahora Washington,
Le jornalism est mort? dice uno de lo cientos de podcasts de Google. Con nuestras redes alcanza, repiten políticos, empresarios, poderosos varios o con ganas de serlo. Ustedes son unos corruptos. ¿Ah sí, y por casa cómo andamos?
Cada vez gusta más la autocracia digital y se llenó de basura satelital. Con cierto atavismo por el formato web, todavía pululan nuevos portales. El gran Elon, flamante ex funcionario de la Nación, ha advertido que si alguien toca el switch el apagón será terrible.
Eso no es lo nuclear, sino el signo de la cultura. Son pocos los que quieren leer, atender ni entender. El cerumen en la oreja no te deja ver el bosque. Escucho en rueda de mates de colegas: "Hay que simplificar el mensaje, hacerlo accesible a los jóvenes". -"¿Mi mamá me ama, va?", pregunto.
"Tengo 100.000 Likes y manejo el algoritmo como quiero", ofrece un redólogo avispado.
"No consumo medios. Me informo por las redes" confiesa un joven periodista. Y como prueba de sapiencia me ofrece escribir con Inteligencia Artificial como si fuera Daniel Bosque. Acepto, dale qué lindo juego. El texto se parece en el style, aunque jamás yo hubiera opinado así, no soy tan sorete. Va queriendo, le digo, volvé luego.
A pocas cuadras de aquí hay unos niñitos que manejan nuestros dineros en medio de la crisis. Se dice que tienen medios, planes y networking para hacer polvo a los escribas. Y de paso, disfrutar espiándonos, como ocurre desde siempre. Temo que se conozcan mis fotos desnudo o llorando en la cancha de Boca. Nada que no hayamos visto antes en Vulgaria.
Soñé que me paraba San Pedro en la puerta de su nube:
- "¿A dónde crees que vas pibe? Vos publicaste estas cosas" y sacaba la tablet de la túnica blanca:
- Estamos decididos a erradicar la pobreza
- Para nosotros, la gente es lo más importante
- Nos cortamos las manos antes de robar
- Traeremos inversiones, seremos generosos y transparentes
Me recitaba como 40 de estas, un clipping impecable. "Le voy a explicar, Don Pedro, yo tenía que comer"
Al final, me dejaba pasar al paraíso y me encontraba con caras conocidas y ya quería pegar la vuelta...
Qué alivio, me desperté de aquello y sigo aquí. Es el 7-J y ya vamos haciendo el fueguito pal asado.
VIva el periodismo carajo, peor habría sido tener que trabajar. Gracias por venir a verme todos los días. Y no te olvides de pensar, el boludeo con el celu está bien, pero un ratito nomás.
Posdata: Por favor, dejar regalos en Portería.
*Periodista. Director de CLUBminero.









