La consolidación del triángulo del litio, conformado por las provincias de Catamarca, Salta y Jujuy, como segunda reserva mundial ha constituido una región político económica, formalizada en la Mesa del Litio, desde donde los gobernadores de las tres provincias han sentado diversas posturas como la resistencia a la nacionalización del recurso o el pacto entre Catamarca y Salta para explotar en conjunto una zona que mantienen históricamente en conflicto fronterizo.
Sobre estas consideraciones políticas y también sobre la región geológica, hablamos con Ricardo Alonso, ex secretario de Minería de Salta y ex presidente de la Comisión de Minería de la Cámara de Diputados.
Alonso es profesor emérito de la Universidad Nacional de Salta, ha recibido varios reconocimientos como el Premio Nacional de Ciencia “Dr. Bernardo Houssay” (Buenos Aires, 1987), el Premio Nacional de Geología Económica “Dr. Victorio Angelelli” (Buenos Aires, 1996), el Premio Nacional de Periodismo en Cultura e Historia “ADEPA” (Buenos Aires, 1999), y el Premio Nacional de Minería (Buenos Aires, 2007). Lector y discutidor apasionado, ha hecho de la geología un territorio donde confluyen la ciencia, la historia y la poesía.
-Mucho antes de que el litio fuera la vedette de la minería, ya habías tratado el tema.
-Así es. En 1984 junto a colegas de la UNSa publicamos en el Congreso Geológico Argentino un trabajo pionero sobre la génesis del litio en los salares de la Puna Argentina. Se lo dedicamos al ingeniero Rolando Federico Poppi que fue quien inició los trabajos del beneficio o mineralurgia de las salmueras de litio en el Instituto de Beneficio de Minerales (INBEMI). Tanto Poppi como Antonio Igarzábal, quien estudió los salares, fueron los pioneros del litio desde la Universidad Nacional de Salta. En 1990 el doctor Igarzábal y yo publicamos un nuevo trabajo sobre el origen del litio. Geólogos por un lado e ingenieros químicos por otro se pusieron a la tarea de investigar el tema y esto comenzó en la década de 1970 y duró hasta los noventa. En la última década desde la UNSa y a través del Consejo de Investigaciones (CIUNSa), hubo una gran actividad en la temática con publicaciones, tesis de grado y doctorales, proyectos de investigación y libros que son públicos.
-¿Cuáles son las condiciones geológicas que comparten Salta, Catamarca y Jujuy por las que se las considera la tercera reserva mundial?
-Si se toma en conjunto a los Andes Centrales se cuenta con la primera reserva de litio en salmueras de salares a escala global. Ello incluye a Bolivia, Chile y Argentina, el llamado Triángulo del Litio, pero también a Perú en cuya Puna hay salares litíferos. Argentina cuenta con esas salmueras litíferas en la Puna argentina, que abarca las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca.
La génesis del litio está relacionada con la tectónica de placas y la concurrencia en esa región de un determinado basamento, un tipo de volcanismo, un marco tectónico de cuencas cerradas endorreicas, un clima árido y un régimen hidrológico que incluye numerosas aguas termales. Hay grandes salinas y salares fuera de la Puna, como las de Santiago del Estero y Córdoba que son estériles en litio. Por ello los Andes Centrales contienen lo que hemos dado en llamar desde el punto de vista metalogénico como “Provincia Litífera Centroandina”.
-¿En qué era geológica se forma este mineral?
-El litio no forma minerales evaporíticos como las otras sales de los salares, tales como el yeso, los boratos o la sal gema, sino que se encuentra como iones en las salmueras líquidas y en concentraciones de partes por millón. Los salares se formaron en el periodo Cuaternario, esto es en los últimos dos millones de años, pero muchos se encuentran empotrados en salares más viejos del Mioceno de unos 5 a 7 millones de años de antigüedad. De todos modos, el edificio andino es un edificio orogénico joven, formado en el Cenozoico.
-Uno de los aspectos que se le cuestiona a la actividad es la cantidad de agua que se precisa para la producción, ¿cómo crees que afectará la actividad en la región desde el punto de vista ambiental.
-El agua es un recurso vital e importante siempre. De allí la necesidad de estudios serios en cuanto a los balances hidrológicos. El litio proviene de la salmuera que no es agua en sentido estricto sino una mezcla íntima de agua y sales. El agua de mar tiene 28 gramos por litro de sales y las salmueras de la Puna tienen entre 10 y 15 veces ese valor. Si se evapora un litro de salmuera se obtiene casi medio kilo de sales.
Por suerte en la Puna no falta agua y además está como dulce, salobre, salada, termal, atermal, alcalinas, neutras, ácidas, sulfatadas, cloruradas, etcétera, en un amplísimo rango de composiciones y orígenes. La escasez de agua está en la Puna de Atacama en Chile, un desierto híper árido, y, sin embargo, son los primeros productores mundiales de litio de salmueras. Deberíamos pensar seriamente en vender agua a los chilenos, ya que a nosotros nos sobra y a ellos les falta. Si les vendimos gas que es un recurso no renovable, por qué no habríamos de venderles agua que es un recurso renovable.
-¿Qué análisis haces del impacto de la minería y de la agroindustria en la región?
-Todo lo productivo es bueno, ya que da calidad de vida, divisas e ingresos genuinos. Hay que hacerlo de manera inteligente para que sea sostenible y sustentable. Por cada empleo directo se disparan numerosos empleos indirectos. No es solo la minería sino los proveedores de la minería. Dado que en la Puna solo hay desierto y minerales, todo debe llevarse hasta allí, o sea campamentos, personal, comunicaciones, rutas, energía, vestimenta, alimentación y un largo etcétera. No considero riqueza lo que está bajo tierra sino lo que se ha extraído, pensaba Perón y antes de él otros sabios decimonónicos. Una cosa es el impacto y otra muy distinta la contaminación, aun cuando para muchos suenan como sinónimos. Por eso insistimos en que hay que “producir conservando y conservar produciendo”.
-Fuiste diputado provincial y ministro de Minería de Salta. Hoy los gestos del Presidente han visibilizado las tensiones históricas entre provincias y Nación. ¿Qué análisis haces de esta disputa en cuanto a recursos y también en cuanto a la noción de federalismo?
-La disputa entre Nación y provincias son fundacionales y hunden sus raíces en los tiempos virreinales. A partir de 1994 y la nueva Constitución los recursos vuelven a las provincias. Todavía se habla de regalías, o sea, el impuesto que se le pagaba al rey de España. El federalismo es un oxímoron en un país deforme manejado desde el puerto. Se pueden hacer muy bien las cosas en las provincias, y Salta lo hizo, pero siempre está la espada de Damocles sostenida desde el poder central. Las tensiones entre unitarios y federales siempre están presentes. Y Salta fue esencialmente e identitariamente unitaria.
-La Nación se lleva la mayor recaudación de la actividad minera. ¿Se ha puesto esta discusión sobre la mesa?
-Efectivamente, la minería paga una masa tributaria total que está en el orden del 70 por ciento. La mayor parte de esa masa no es coparticipable y se la queda la Nación. Luego se reparte como ya sabemos, discrecionalmente. El tema mayor pasa por la coparticipación y eso no tiene visos de arreglo, ya que requiere un nuevo gran consenso político que por ahora no está. La minería es una rama compleja, singular y esencial de la industria y por ello es la única que tiene un código de fondo como es el Código de Minería. Las leyes están y para que la actividad se desarrolle fuerte y lozana solo es necesario cumplir con las leyes.
-¿El pacto logrado en el marco de la Mesa del Litio respecto al conflicto fronterizo de Salta y Catamarca es una nueva forma de entender el territorio en clave económica?
-Es una larga historia que antecede a la creación del Territorio Nacional de los Andes por Julio A. Roca luego del laudo arbitral con Chile. Salta era dueña de todos esos territorios hasta el sur del Salar del Hombre Muerto. Había minas allí que eran de salteños y se otorgaron desde Salta. El gobernador Pío Uriburu dejó en claro que esos territorios eran originalmente salteños y así quedó expresado en el mapa oficial de Feliciano Lavenás de 1900. En las últimas décadas Salta fue cediendo territorio y Catamarca avanzando. Los gobernadores Sáenz y Jalil llegaron en los últimos años a un acuerdo básico, de naturaleza político económica, para un aprovechamiento conjunto de esos recursos en el territorio en disputa. Insisto en que esos territorios le corresponden legítima e históricamente a Salta. En mi libro Historias de la Puna (Mundo Gráfico, 2023) hago un largo análisis sobre el tema.