Potasio Río Colorado es un tesoro inexplotado, hasta hoy, por la provincia de Mendoza. Pero la recepción de ofertas, no vinculantes, que abre el gobierno provincial esta semana, augura la pronta coronación de un largo proceso: En 2023 el enorme yacimiento de carbonato de potasio de Malagüe pordría comenzar a producir.

"El impacto de PRC en nuestra economía será gigantesco" dice Emilio Guiñazú, gerente general de la empresa estatal, en un #Podcast con CLUBminero en el que repasa el largo camino de estos recursos explorados sucesivamente por Minera TEA, Rio Tinto y Vale, el último propietario que abandonó la inversión en 2012 con buena parte de la infraestructura desarrollada, en medio de cambios en los mercados mundiales y de tensiones políticas, económicas y sociales típicamente argentinas.

El potasio está hoy en el top de las noticias globales. Escasea, está caro (se disparó de US$ 300 hasta un pico de US$ 900 la ton), en muchos países el agro languidece y hay penurias. La invasión a Ucrania disparó los precios, redibujó mapas y encontró a Mendoza con su abundancia a disposición. Guiñazú, en diálogo con Daniel Bosque, recorre el camino desde la construcción inconclusa de la mina hasta hoy.  Y subraya como este recurso, con aquel diseño de explotación, hubiera duplicado las exportaciones mineras argentinas y triplicado las mendocinas. 

Desde 2017, en que se decidió la reingeniería de Potasio Río Colorado, el Estado busca un partner, en una negociación flexible, para escalar una producción de 1,5MM ton/año, un tercio de lo que proyectó Vale, pero sin los engorros de la logística ferroportuaria que complicaron en su momento. 

Guiñazú describe, con lujos de detalles, como es el proceso de extracción, proceso y comercialización de una producción que tiene como primer destino potencial al mega complejo agrícola del Brasil. Pero la Argentina, en la próxima década precisará 1.000.000 ton/año por el estrés de sus suelos.

Y describe también en esta entrevista el mecanismo de relojería de Mendoza, que incluye la ecuación de gas (500.000 m3/día, un cuarto de lo que consume la provincia hoy) y eléctrica. Y explica por qué la fórmula de anteponer la inversión necesaria a cualquier otra premisa fiscal genera hoy consenso en la política provincial.

El mundo está en crisis, se han ensanchado las fronteras del hambre y la naturaleza dio al Sur mendocino una riqueza del fertilizante como pocas en el mundo. Para Guiñazú, si bien se perdió una década de usufructo, queda todo por ganar y comenzar de paso a aflojar resistencias culturales a la minería en sectores de la comunidad, una paradoja - como en Chubut - en esta provincia de historia petrolera.

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