VOCES Por: CLUBminero14/09/2025

Pamela Such: Minería Espacial ¿Y si el futuro no está en la Tierra?

ISRU process in action (ICON/BIG-Bjarke Ingels Group)

El futuro de los recursos puede no estar en la Tierra


PAMELA SUCH* 

La minería espacial ya no es una fantasía de ciencia ficción. Es una realidad en construcción, con implicancias profundas para el futuro de la economía global, la geopolítica de los recursos y el desarrollo tecnológico. Mientras la humanidad se enfrenta a una creciente demanda de metales estratégicos y a los límites ambientales de la Tierra, la posibilidad de acceder a recursos más allá de nuestro planeta se vuelve no solo deseable, sino estratégica.

¿Qué pasaría si las próximas grandes reservas de agua, platino, tierras raras y otros minerales esenciales estuvieran en la Luna o en un asteroide? ¿Estamos preparados para explotarlos? ¿Y cómo impactará esto en la minería tradicional?

La carrera por los recursos ya llegó al espacio

En los últimos años, potencias como Estados Unidos, China, India y la Unión Europea han intensificado su interés en la explotación de recursos extraterrestres. La NASA, a través del programa Artemis, ya está planificando asentamientos en el Polo Sur lunar, una región rica en hielo de agua. China y Rusia anunciaron un proyecto conjunto de base lunar para la próxima década. Y empresas privadas como Asteroid Mining Corporation, OffWorld, o ispace avanzan en tecnologías de prospección y extracción automatizada.

Mientras tanto, tratados internacionales como el Acuerdo de Artemis o el Outer Space Treaty están en plena revisión: ¿quién tiene derecho a explotar un asteroide? ¿Se puede "poseer" un recurso fuera del planeta?. Argentina recientemente se unió a los acuerdos de Artemis como tantas otras potencias mundiales, abriendo el camino para una nueva economia denominada: “New Space”.

¿Por qué le importa esto a la minería argentina?

Argentina tiene una historia geológica excepcional, con potencial en cobre, litio, uranio y oro. Pero también tiene algo aún más valioso: capital humano científico y técnico.

Formar parte de misiones internacionales de exploración, participar en la caracterización de regolitos lunares, o desarrollar IA para la prospección remota de minerales en asteroides, son oportunidades reales. Instituciones como CONICET, universidades como la UNT o San Pablo T, y alianzas con agencias como CONAE y la ESA pueden posicionar al país como líder en innovación minera aplicada al espacio pero también al territorio nacional.

Y lo más interesante: muchas de las tecnologías pensadas para sobrevivir en el espacio —automatización, eficiencia energética, monitoreo remoto— pueden transformar también la minería terrestre, haciéndola más limpia, segura y sustentable.

El tamaño del mercado espacial

En 2024, el mercado global de minería espacial fue valorado en USD 1.900 millones, proyectándose escalar a USD 5.020 millones en 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 17,9 % Grand View Research. Otra estimación más ambiciosa ubica este mercado en USD 2.000 millones en 2024, con un crecimiento sostenido hasta alcanzar USD 17.900 millones en 2034 (CAGR ~ 24,9 %) Global Market Insights Inc. Incluso, una proyección ubica el valor en 2025 en USD 2.580 millones, para escalar a USD 39.020 millones en 2040 (CAGR ~ 19,5 %) Mordor Intelligence.

Agencias e iniciativas públicas

NASA (y su programa Artemis): contrata a SpaceX y Blue Origin por alrededor de USD 3.000 millones cada una para desarrollar vehículos de alunizaje, muy por debajo del costo inflacionado del Apolo 11 The New Yorker. El Programa CLPS (Commercial Lunar Payload Services) presupuesto de USD 3.000 millones para misiones robóticas que transporten carga útil como sensores y experimentos científicos The New Yorker. Y RASSOR / IPEx: robots (como el RASSOR, en fase avanzada) para extraer elementos del regolito lunar, apuntan a generar recursos in situ como agua o combustible The Sun.

"Desde el desierto lunar hasta los Andes, el futuro 
de la minería se está redefiniendo."

Empresas privadas en carrera

En cuanto a las empresas privadas de los últimos años se destacan AstroForge (EE.UU.) que recaudó cerca de USD 13 millones en seed funding; lanzó un cubesat (Brokkr‑1) para refinar minerales del espacio. Su misión Odin fue lanzada en febrero de 2025, pero enfrentó problemas de comunicación Wikipedia, su segunda mision viene en camino y ya tienen el funding para un tercera.  Moon Express (EE.UU.) fue líder en  X-Prize foundation (una organizacion asociada a la Fundacion Musk); actualmente participa en el programa CLPS de NASA pero sin misiones de extracción confirmadas Wikipedia. iSpace (Japón) lanzó dos misiones Hakuto‑R; la Misión 2 en 2025 falló al aterrizar.

Planea enviar su Misión 3 en 2026 para desarrollo de transporte lunar y recursos Wikipedia. Lunar Outpost (EE.UU.) lanzó el rover autónomo MAPP al Polo Sur lunar en 2025. Aunque no fue desplegado por problemas técnicos, marcó un hito importante en movilidad comercial Wikipedia. Otras empresas relevante como Planetary Resources, ahora parte de ConsenSys Wikipedia; Karman+, con USD 20 millones recaudados para misiones de bajo costo Karman+; y Offworld, Deep Space Resources, entre otras nombradas en informes de mercado Grand View ResearchGlobal Market Insights Inc. tambien se encuentran en la carrera espacial de los recusos lunares o ISRU como son llamados en la jerga espacial.

Costos comparativos y economía de misión real

Aunque los costos en el espacio suenan elevados, misiones robóticas de sample-return como la NASA OSIRIS‑REx cuestan arriba de USD 1.000 millones, y devuelven solo unos pocos gramos de material Harvard International Review. La aparicion de empresas privadas y la competencia comparativamente al modelo de Artemis ha democratizado costos mediante estos contratos comerciales (SpaceX, Blue Origin) por ~USD 3.000 millones —más accesible que los costos históricos Apollo The New Yorker.

Economía emergente y posibilidades de ganancias

El valor potencial del regolito lunar se estima en cientos de miles de millones de dólares, considerando recursos como agua, metales estratégicos, y especialmente helio‑3 (USD 2.500 por litro en 2024) Business Insider. Según AstroForge, un solo asteroide podría abastecer a la Tierra con Metales del Grupo del Platino (PGM) durante 200 años, con márgenes estimados de ~85 %—mucho más altos que la minería terrestre (~7 %) astroforge.com. La economía espacial total (incluyendo manufactura, minería y servicios) podría escalar a 1 billón de dólares para 2040, con la manufactura espacial sola alcanzando USD 100 mil millones WIRED.

Riesgos y desafíos regulatorios

Si bien los Artemis Accords permiten la minería espacial bajo ciertas condiciones, existen alertas sobre el impacto ambiental y científico (como la destrucción de zonas clave para radioastronomía en el lado oscuro lunar) Business Insider. Astrónomos proponen crear parques planetarios protegidos para preservar la investigación o zonas críticas, antes de que la minería las contamine Business Insider.

Pero… que vamos a explotar en el espacio?

Particularmente en el caso de la Luna, que actualmente se encuentra en pleno proceso de exploración indirecta —es decir, mediante el análisis de imágenes satelitales obtenidas por misiones orbitales lanzadas en los últimos años—, lo que se prevé explotar en primera instancia es el regolito lunar. ¿Suena esto factible? Bueno, puedo responder de dos maneras: sí y no.

Por un lado, el regolito lunar se estima que contiene cantidades interesantes de oxígeno (O), hidrógeno (H), helio-3 (He-3), nitrógeno (N), entre otros elementos. Esto ha llevado a que una de las primeras estrategias planteadas sea la extracción de estos recursos, tanto para la generación de oxígeno y agua como para la producción de energía, especialmente en contextos de autosustentabilidad espacial.

Pero claro, todas estas proyecciones se basan en estimaciones. Hasta ahora, con excepción de las misiones Apolo —hace ya varias décadas— y los recientes avances impulsados por China, ninguna misión ha logrado un arribo y una exploración lunar que se acerque a los requisitos técnicos y operativos de una verdadera operación minera.

Además, el regolito lunar es una entidad compleja y uno de los mayores desafíos para la exploración en superficie. Se trata de un polvo finísimo, altamente silicatado, angular y extremadamente abrasivo. En mis conferencias y artículos, suelo describirlo como:

“Cristales de destrucción masiva: capaces de corroer, fracturar o trabar componentes de misiones multimillonarias.”

A esto se suma su movilidad autónoma, impulsada por las variaciones térmicas extremas entre el día y la noche lunar, y por la constante exposición a la radiación solar. Esta dinámica exige tecnologías de protección altamente sofisticadas. Aunque la NASA presentó en 2025 el llamado Dust Shield, su efectividad en regiones oscuras como el Polo Sur lunar —donde se concentra el interés por el hielo de agua— sigue siendo una gran incógnita.

Glencore Pachón y Observatorio Cesco: Así en la tierra como en el cielo

En el caso de los asteroides, en cambio, el foco está puesto principalmente en la explotación de metales estratégicos y tierras raras. Misiones previas han confirmado la presencia de estos elementos en la superficie de varios asteroides, y mientras usted lee este artículo, la misión Psyche de la NASA se encuentra en pleno viaje hacia un asteroide metálico que —según algunas estimaciones— podría contener recursos valuados en varios trillones de dólares.

Aunque este cuerpo celeste no se encuentra precisamente cerca, lo relevante es que Psyche lleva a bordo toda la instrumentación necesaria para caracterizar su composición en cuanto arribe al destino. Será una de las misiones más relevantes de esta década en cuanto a la comprensión del valor económico potencial de los asteroides metálicos del cinturón principal.

Testeo de instrumentacion espacial: Del desierto lunar al altiplano andino: convergencias tecnológicas

Minería en ambientes extremos

La superficie de la Luna, Marte y los asteroides y los Andes Argentinos o el altiplano andino —especialmente la Puna argentina— comparten condiciones extremas: aire enrarecido o ausente, altas amplitudes térmicas, falta de agua y suelos polvorientos. Ambos son entornos de frontera donde la exploración de recursos exige tecnologías avanzadas, resilientes y automatizadas y excelentes análogos para el testeo de esta instrumentación. 

+   Los Andes del noroeste argentino y norte de Chile han sido utilizados por misiones de NASA, ESA y otras agencias como terrenos de prueba para sensores remotos, espectroscopía y movilidad autónoma. Durante mi trabajo postdoctoral en exploración de recursos en entornos espaciales, organicé pruebas instrumentales de NASA en zonas andinas, precisamente por sus condiciones análogas a Marte y la Luna: alta radiación, baja humedad, suelos rocosos y gran altitud.

El altiplano de la Puna argentina, con sus salares y condiciones de hiperaridez, representa un excelente análogo de ambientes lunares y asteroides en términos de logística, temperatura y energía.

Ricardo Alonso: Breve paseo por la historia de la Tierra

+ La Patagonia, en sus mesetas volcánicas y planicies basálticas, es un campo de entrenamiento natural para tecnologías aplicables a la Luna o Marte, ideal para la calibración de sensores y estudios de erosíon, movilidad y autonomía.

"Estas tres regiones conforman un verdadero laboratorio natural para el desarrollo y prueba de tecnologías que luego pueden ser exportadas o utilizadas en misiones espaciales."

Argentina, entonces, no solo tiene los recursos y las capacidades científicas, sino también el territorio. Este "triángulo de validación" (Andes–Altiplano–Patagonia) posiciona al país como un centro estratégico de experimentación y entrenamiento para la minería del futuro —en la Tierra y más allá.

Automatización, análisis in situ, y minería de precisión

Las misiones espaciales trabajan sin asistencia humana directa. Esa autonomía es clave para el futuro minero: optimizar recursos, reducir impacto ambiental, y tomar decisiones con datos en tiempo real. Desde IA para prospección hasta sistemas automáticos de monitoreo, la minería de precisión ya está en marcha. Futuros trabajos en la economía de software AI para análisis y operaciones remotas de instrumentación espacial son claves en este ámbito.

Los sistemas autónomos, sensores in situ (LIBS, Raman) e inteligencia artificial que desarrollados para operar en la Luna, Asteroides o Marte pueden aplicarse directamente en minería terrestre: en salares, yacimientos de altura o zonas sin acceso. Estas tecnologías permiten más seguridad, eficiencia y sustentabilidad.

Aplicaciones concretas en Argentina

Sistemas desarrollados para la ESA y NASA, como recubrimientos anti polvo, sensores de espectroscopía o inteligencia artificial para geología remota, pueden aplicarse en litio, cobre y uranio argentino. ¡Y sin depender de infraestructura externa! Argentina puede ser un nodo de innovación minera para el planeta... y para fuera de él. La convergencia entre minería terrestre y espacial es real. El futuro está en la intersección de la ciencia, la tecnología y la exploración.



*La doctora Pamela Such es geóloga planetaria e investigadora de trayectoria internacional en minería e instrumentación espacial aplicada a la exploración de recursos minerales. 
Argentina y residente en Vancouver, es científica afiliada de SETI Institute. Sus contribuciones incluyen el uso de espectroscopia LIBS–Raman y estudios de regolito como análogo lunar. Tiene experiencia en instituciones como York University, UBC, UNT, Universidad de La Serena, SETI/NASA, Angloamerican, Barrick Gold, Nevada Gold Mines entre otras, ha liderado innovaciones que integran geología avanzada con prospección espacial. Su enfoque combina la minería terrestre con soluciones estratégicas para la exploración de recursos en la Luna y asteroides. Involucrada en redes como el AMADEE‑18 del Austrian Space Forum, aporta una visión integrada de ciencia, tecnología y desarrollo regional.